Brasil: Bolsonaro inicia operativos de "desalojo", quiere sangre campesina.

  


Según se advierte de los informes del periódico A Nova Democracia, el estado de Rondônia se ha convertido en un gigantesco teatro de operaciones militares llevadas a cabo por la Policía Militar, la Policía Federal y la Fuerza Nacional, todas policías militarizadas al servicio del viejo estado en medio de la mayor derechización del régimen encabezado por el fascista Jair Bolsonaro y el alto mando militar que le sostiene.

Como hemos podido denunciar en días pasados, una nueva masacre se prepara contra los campamentos Tiago dos Santos y Ademar Ferreira, ambos instalados por cientos de familias adheridas a la Liga de Campesinos Pobres; una organización democrática que lleva a cabo la lucha en defensa de la tierra y en contra del latifundio criminal. 

 



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Más recientemente el periódico AND ha informado que las corporaciones represivas han montado un cerco alrededor de estas áreas, continuando con la campaña reaccionaria contra la LCP. Según relata el medio democrático el “operativo disfrazado como “desalojo” encubre una gigantesca operación de guerra dispuesta a evocar toda la violencia reaccionaria contra aquellos que luchan por la tierra”.

Desde la madrugada del 19 de octubre hasta las 11 de la mañana del mismo día, las tropas policiales realizaron labores de reconocimiento terrestre y aéreo, levantando cartografías e inteligencia. Así mismo, tal como ocurrió durante el desalojo de octubre de 2020, las tropas reaccionarias han cercado la región impidiendo el ingreso o salida de personas y alimentos. AND nos dice “Uno de los residentes informa que los militares están incautando teléfonos celulares, amenazando con dañar a las personas, especialmente a los niños. También dice que los habitantes del asentamiento ya están sin comida”.

 


 

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Hasta el momento el saldo del operativo es el siguiente:

·         Registro ilegal en contra del concejal del municipio de Nova Mutum, José Carlos, quien fue detenido arbitrariamente por el operativo policiaco-militar; durante el registro los policías tiraron la ropa de su maleta en el lodo. Los gendarmes le ordenaron textualmente: “ni un kilo de comida entraría en su casa o en la zona campesina”.

·         Dos campesinos más fueron detenidos en medio del operativo. Se les acusa de formar parte de la Liga de Campesinos Pobres (LCP) -la cual Bolsonaro cataloga como organización terrorista- también se les acusa de incumplir una orden de desalojo de la cual jamás han sido notificados.

Es importante recordar que al menos tres campesinos más del campamento Manoel Ribeiro fueron detenidos en meses pasados, en medio de un delirante operativo policiaco; los detenidos son acusados de pertenecer a la LCP.

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El viejo estado justifica este plan reaccionario con una orden de desalojo en beneficio de grandes latifundistas como Antônio Martins dos Santos (alias “Gallo viejo”) y la familia Leite, quienes se declaran “propietarios” de grandes extensiones de tierras reclamadas por el campesinado pobre que ha transformado estos latifundios ociosos en impresionantes y productivas tierras donde trabajan, viven y construyen su futuro miles de personas, entre ellas niñas, niños, jóvenes, mujeres, hombres y ancianos.

El operativo bélico desplegado contra las familias campesinas solamente habla del temor que sienten los parásitos latifundistas y el viejo estado hacia la justa lucha campesina en defensa de la tierra. Tres mil elementos movilizados, respaldados con vehículos artillados y helicópteros de guerra para “desalojar” (masacrar) a las familias campesinas explican por sí mismo quienes son los verdaderos terroristas.

En respuesta, las masas organizadas realizan ejemplares acciones de resistencia que van desde la realización de las Asambleas Populares donde han determinado defender sus tierras hasta las últimas consecuencias, pasando por la implementación de bloqueos en caminos rurales y el incendio de los puentes que los propios campesinos habían construido antes con trabajo colectivo. Evidentemente será la autodefensa del pueblo y su capacidad organizativa la que defina el desenlace de esta lucha concreta orientada por el programa de la revolución agraria y antiimperialista, es decir: la Revolución de Nueva Democracia ininterrumpida hacia el socialismo. 




 

Por todo el mundo debe crecer y extenderse la solidaridad hacia el pueblo brasileño y especialmente hacia la Liga de Campesinos Pobres.

Es importante denunciar la agresión fascista hacia la LCP y continuar desplegando acciones de solidaridad.

¡Frenar la mano de Jair Bolsonaro y el viejo estado brasileño!

¡Viva la Liga de Campesinos Pobres!

¡La rebelión se justifica!