Solidaridad con el pueblo ecuatoriano

 


¡Alto a la guerra contra el pueblo! 

El viejo Estado ecuatoriano ha escalado a un nuevo nivel en su guerra contra el pueblo, esta vez con guerra abierta bombardeando aldeas, bosques y zonas campesinas con equipo militar, utilizando “Tanquetas, lanzadores múltiples de proyectiles BM-21, cañones sin retroceso, morteros y, como si fuera poco, bombas lanzadas desde aviones de combate Super Tucano”, de acuerdo con una nota de los compañeros del Frente de Defensa de las Luchas del Pueblo-Ecuador (FDLP-EC).Agresiones de este nivel deben analizarse correctamente pues se trata de armamento pesado (de guerra) contra la población civil (desarmada) en un contexto de movilización social donde las protestas tienen acorralado al régimen. Es decir: se trata de un crimen de guerra y al mismo tiempo, una declaración de guerra contra el pueblo.

 

Estos hechos tienen lugar en la localidad de Buenos Aires, en el estado de Imbabura, donde el pueblo se ha levantado contra el despojo y el robo de sus tierras en manos de las grandes empresas mineras al servicio del imperialismo. La reacción ha declarado esta resistencia como “terrorista”, ilegalizando la minería artesanal. Con ello el régimen justifica su política de guerra abierta contra una región altamente combativa, haciendo de esta un laboratorio en el escenario del levantamiento popular que sacude al país. 

Este gran levantamiento popular comenzó hace más de 30 días con un paro nacional que ha desnudado la putrefacción del régimen fascista de Noboa, y que supera en varios sentidos los alcances de las protestas de 2019 y 2022, haciendo de Imbabura uno de sus centros. El paro inició a convocatoria de CONAIE en contra de la eliminación del subsidio al diésel, lo que repercute en al alza del costo de la vida para las masas. El pueblo ecuatoriano tiene bien claro que lo que está enfrentando son las políticas dictadas por el imperialismo, principalmente yanqui, las cuales son aplicadas ciegamente por su lacayo Daniel Noboa. 

Confirmando lo anterior, este remedo de dictador ha dedicado el bombardeo contra las montañas de Buenos Aires a su amo Donald Trump en una publicación en X.

 


Al respecto, los compañeros del FDLP-EC señalan: “No es casual: el régimen ecuatoriano reproduce al pie de la letra las estrategias de ‘contrainsurgencia preventiva’ impulsadas por el Comando Sur de los Estados Unidos, enmarcadas en la doctrina de seguridad hemisférica.” 

Si bien el viejo Estado ecuatoriano ha profundizado su línea de fascistización, la agresión en si no es algo nuevo. En la represión contra el levantamiento son comunes los asesinatos, disparos y detenciones arbitrarias contra los manifestantes. La militarización por parte del viejo Estado avanza rápidamente, y tras este bombardeo el gobierno también ha anunciado la presencia permanente del ejército reaccionario en la región. El pueblo por su parte no se perturba y está resuelto a continuar de pie en la lucha hasta la caída del tirano. 

Visto de esta forma, la acción del gobierno es una abierta declaración de guerra contra el pueblo de Ecuador. Las masas populares lo saben bien, y por eso en las acciones cotidianas del levantamiento siguen rompiendo con las cúpulas oportunistas de CONAIE, Pachakutik y Unidad Popular (entre otras) que quieren desviar la lucha a la senda del electorerismo, que es el camino burocrático de las clases parasitarias en el poder. 

La clase obrera ecuatoriana y su vanguardia en formación han planteado claramente que no se puede barrer con el terrorismo de Estado a través de la farsa electoral o supuestos “caminos legales”. A la violencia reaccionaria se responde con violencia revolucionaria; a la guerra contra el pueblo se debe responder con la Guerra Popular.  

Las voces de los temerosos oportunistas que proclaman que esto solamente causará más sufrimiento y represión son una farsa. Los oportunistas y revisionistas siempre, en todo lugar y en todo momento, argumentan que “no están dadas las condiciones”, “que se debe acumular pacíficamente las fuerzas” y otras cantaletas que apuntan a la desmovilización y la capitulación. Ellos trafican con las luchas del pueblo y negocian a cambio de platos de lentejas. 

En este momento el viejo Estado ecuatoriano ha pasado a la guerra abierta contra el pueblo como un hecho inmediato; ahora el pueblo debe organizarse y desarrollar nuevas formas de lucha que correspondan al periodo actual, transformando la guerra reaccionaria en guerra revolucionaria. 

Los compañeros del FDLP-EC lo tienen claro desde el inicio del levantamiento: 

“El gobierno y las FFAA/Policía Nacional nos han declarado la guerra. Está bien: es lo que corresponde en una sociedad de clases y en instituciones que sirven a los intereses no solo del gobierno, sino del viejo Estado burocrático-terrateniente. Nada de que los miembros de las FFAA y la Policía sean “hijos del pueblo” y les hagamos un llamado a la reflexión. Son hijos de las instituciones que representan y defienden; nos ven y nos combaten como lo que en verdad somos: sus enemigos. ¡El odio de clase es mutuo!” 

El pueblo ecuatoriano está enfrentando con valor a la reacción armada y al imperialismo que llevan la guerra reaccionaria a las comunidades agrarias y los barrios populares.  

¡Apoyemos la lucha del proletariado y los pueblos del Ecuador!

¡Abajo el régimen militarista y fascista de Daniel Noboa!

¡Contra la guerra reaccionaria, guerra popular!

¡La Rebelión se justifica!