2 de octubre: 55 años de la masacre de Tlatelolco

 


 

En el marco del 55 aniversario de la masacre de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre de 1968 se realizaron diversas manifestaciones combativas en el país. Su epicentro ha sido la Ciudad de México con un carácter altamente combativo. Aquí el reporte de las principales acciones.

 

 

Chiapas. Estudiantes de la Escuela Normal Intercultural Bilungüe “Jacinto Canek” marcharon sobre la carretera federal San Cristóbal-Tuxtla Gutiérrez con dirección al municipio de San Cristóbal de las Casas que el 1° de enero de 1994 fue testigo del alzamiento zapatista. En el mitin realizado en la cabecera municipal recordaron los sucesos de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco y aquellas gloriosas jornadas de enero de 1994 cuando el pueblo en armas organizado en el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tomó al menos 5 cabeceras municipales en Chiapas. También en Tuxtla Gutiérrez marcharon los estudiantes de la Escuela Normal Rural “Mactumatzá” lo cual imprimió a esta jornada un carácter importante en el contexto de guerra que vive la entidad donde los grupos delincuenciales y el ejército mexicano han impuesto un escenario de terror y contrainsurgencia contra la población, aunque el burócrata AMLO diga que “no pasa nada”. Recuperar las calles con movilización y lucha clasista es importante para mantener viva la dignidad y la fe en las fuerzas del pueblo. Los compañeros normalistas lo han hecho de forma ejemplar, con consignas, pintas y organización desafiando el terrorismo de Estado.

 


Oaxaca. La Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO) que aglutina a las 11 normales públicas de la entidad realizó una marcha combativa de la fuente de las 8 regiones hacia el zócalo de la ciudad. Pese a la lluvia que cayó, los estudiantes mantuvieron la organización y la combatividad con consignas y pintas sobre las fachadas de bancos y empresas trasnacionales. Como era de esperarse se montó un escenario de provocación contra los compañeros normalistas, pues últimamente la orden de los empleados de seguridad privada es atacar a los manifestantes; tras esta agresión los normalistas respondieron con más pintas y un coctel molotov en las instalaciones de una empresa agiotista que exprime al pueblo trabajador.


 


 

Ciudad de México. Con una manta que decía “No al poder militar, organicemos el Poder Popular” partió la marcha desde la Plaza de las Tres Culturas hacia el zócalo. El contingente, como de costumbre, estuvo encabezado por el Comité 68 (integrado por sobrevivientes) y secundado por la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) que aglutina al movimiento normalista rural del país. También el Comité de Padres y Madres de los 43 estuvo presente además de muchas organizaciones democráticas como la CNTE. La consigna ¡2 de octubre no se olvida, es de lucha combativa! resonó al paso de la manifestación de miles de personas. Efectivamente, el movimiento popular no olvida, y entre las pintas que se registraron se hacía mención de Omar García Harfuch, quien siendo director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, participó en la elaboración de la “verdad histórica” del régimen luego de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. García Harfuch fungió recientemente como Secretario de Seguridad Pública en el gobierno de CDMx con Claudia Sheinbaum y ahora es candidato de Morena a la Jefatura de gobierno de dicha ciudad. Algo que ha destacado la marcha del 2 de octubre es que el abuelo de García Harfuch, Marcelino García Barragán, era nada menos y nada más que el Secretario de la Defensa Nacional durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, es decir: uno de los asesinos de Tlatelolco. Como era de esperarse se registraron algunas escaramuzas con la policía antimotines que nuevamente atacó al contingente a su paso. En la esquina de Pino Suárez y Palacio Nacional se registró un enfrentamiento cuando los antimotines lanzaron gases pimienta y lacrimógenos contra los jóvenes combatientes que resistieron y devolvieron golpe por golpe; ahí también fueron lanzados algunos cocteles molotov contra los cerdos. En su narrativa, el burócrata AMLO insiste que “México tiene un ejército leal”; pero los crímenes cometidos contra el pueblo han estado marcados por la bota militar desde que los constitucionalistas asesinaron a Zapata y Villa, y esto se estableció como norma con la llamada guerra sucia hasta nuestros días.

 


 

A continuación, compartimos el boletín que se difundió la tarde de ayer. 



 

A la clase obrera y los trabajadores

Al campesinado pobre y los pueblos originarios oprimidos

A la juventud estudiantil y popular

¡2 de octubre no se olvida!

Se cumplen 55 años de la masacre de Tlatelolco, una de las páginas más oscuras de la historia reciente en nuestro país que el pueblo de México no puede olvidar ni perdonar.

En aquel año los jóvenes estudiantes de distintas instituciones públicas como la UNAM, el IPN, la Escuela Normal Superior, la entonces Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, hoy UACH, entre otras, constituyeron el Consejo Nacional de Huelga como un frente organizativo que aglutinó a estudiantes de distintas partes del país en contra de las políticas reaccionarias del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz que desde sus inicios se caracterizó por la más cruenta represión hacia toda protesta social.

Las demandas centrales del movimiento eran la defensa de la autonomía de sus escuelas, la derogación de los artículos 145 y 145Bis del Código Penal Federal que hablaban del delito de “disolución social” con el cual se encarceló a muchos opositores políticos, la desaparición del cuerpo de granaderos y la libertad a los presos políticos, entre otras. En respuesta el viejo Estado empleó toda una estrategia contrainsurgente que incluyó la infiltración del movimiento, el uso de grupos de porros, la vigilancia y acoso contra los dirigentes y activistas, el uso del cuerpo de granaderos, la formación de grupos paramilitares como el “Batallón Olimpia” y finalmente, el uso del ejército mexicano para masacrar a la juventud y la población que un día como hoy, en 1968, se concentró en la Plaza de las Tres Culturas para realizar un mitin que fue disuelto con tanques de guerra, granadas, disparos de arma de fuego y bayonetas.

La masacre de Tlatelolco representó un duro golpe contra el movimiento estudiantil y popular; incluso hoy en día se desconoce el número exacto de compañeros asesinados y desaparecidos. Muchos de los detenidos fueron trasladados al Campo Militar No.1 y nunca más se les volvió a ver, algunos más fueron recluidos en Lecumberri y otras cárceles bajo duras condiciones penitenciarias por ser opositores al régimen. El viejo Estado mostraba su verdadero rostro en plena capital del país, aunque las masacres contra campesinos y obreros ya se registraban en otras entidades de la república.

¡La rebelión se justifica!

La parte más activa y consciente del movimiento dio lectura a esto y entendió que no existe la menor posibilidad de transformar la sociedad bajo métodos pacíficos, y que las clases dominantes están dispuestas a todo, incluso al uso de terror blanco en contra del pueblo con tal de perpetuar su poder. Las masacres del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971 permitieron la toma de conciencia del movimiento estudiantil, y el ejemplo del asalto al Cuartel Madera, Chihuahua, ocurrido el 23 de septiembre de 1965, motivó el surgimiento de nuevas organizaciones guerrilleras que tuvieron en la juventud estudiantil su principal semillero, extendiendo la lucha armada revolucionaria por todo México.

A lo largo de estos años el Estado mexicano ha cometido nuevas masacres contra el pueblo en lucha, como Acteal, Aguas Blancas, San Salvador Atenco, Oaxaca, Ayotzinapa, entre otras. En todas ellas las corporaciones policiacas y militares han tenido participación. ¡Fue el Estado!

Hoy, recordamos a los héroes del movimiento estudiantil de 1968 y repudiamos una vez más la participación del ejército en la guerra contra el pueblo, la cual aún existe y se desarrolla en medio de la más descarada militarización del país, el uso de grupos paramilitares y delincuenciales que actúan como verdaderos señores de la guerra en una estrategia contrainsurgente que es desarrollada por el aparato legal e ilegal del Estado mexicano y auspiciada por el imperialismo yanqui en sus planes de intervención contra nuestro país.

La guerra contra el pueblo es real, desde el inicio de la “guerra sucia” hasta nuestros días existen más de 111 mil personas desaparecidas; los homicidios desde la llamada “guerra contra el narco” hasta la fecha superan los 500 mil; en nuestro país al menos 12 mujeres son asesinadas cada día ocupando el segundo lugar en feminicidios en América Latina; y aún hay presos políticos, principalmente de comunidades y organizaciones que se oponen a la imposición de megaproyectos.

Por todo ello este 2 de octubre es importante que la voz de los estudiantes conscientes y del pueblo se unifique en una sola consigna:

¡Alto a la guerra contra el pueblo y el terrorismo de Estado!

Movimiento Estudiantil Popular (MEP-Mx); Brigadas Juveniles del Pueblo (BJP); Movimiento Femenino Popular (MFP); Corriente Clasista de Trabajadores de la Educación (COCLATE); Corriente del Pueblo Sol Rojo (CP-Sol Rojo).