Periódico Mural, editorial #25

 

Queremos compartir con quienes nos leen la editorial del número 25 de Periódico Mural, prensa popular y democrática. Su contenido nos parece especialmente importante en el contexto nacional y de América Latina, sobre todo ahora que en México MORENA se convierte paulatinamente en el nuevo PRI a base de corporativismo y militarización, no sin reflejar contradicciones internas cada vez más evidentes y violentas. 



Editorial | Junio-Julio 2022

Publicado por

Periódico Mural24 julio, 2022

MURALIZANDO   

El capitalismo como modo de producción, además de caduco e irracional, no es ni armónico ni homogéneo, su desarrollo es desigual alrededor del mundo. En los países que hoy son potencias o súper potencias imperialistas su desarrollo se dio de forma clásica [1], mientras en los países oprimidos -llámese coloniales o semicoloniales- su desarrollo ha sido tardío, condicionado siempre a la subordinación ante el imperialismo y su ligazón umbilical a relaciones de producción precapitalistas, llámense feudales o semifeudales.

Así, en la nueva era que vivimos, ni el capitalismo imperialista ni el capitalismo burocrático se regeneran a sí mismos, ambos están en crisis y agonizan desde la cabeza hasta la cola; únicamente logran sostenerse chupando la sangre y la vida del pueblo trabajador. No es exagerado afirmar que ambas formas de capitalismo asemejan a muertos vivientes y definitivamente sólo pueden ser barridos mediante la acción transformadora y violenta de las masas, en base a un programa revolucionario. Únicamente los necios y los legitimadores del régimen se niegan a verlo vendiendo la idea de “paz social”, “estado de bienestar”, “transiciones pacíficas” u otras ideas desarrollistas [2] que no impiden, pero retrasan, la anhelada revolución.

Ese hato de necios y legitimadores son quienes siguen echando tierra a los ojos del pueblo, queriéndolo convencer de participar en la farsa electoral burguesa, presentándola como una “forma de lucha”, unciéndose al último vagón del tren de la gran burguesía. Oportunistas, reformistas y revisionistas andan desatados sosteniendo, por ejemplo, que en América Latina “soplan vientos de izquierda”. Estos renegados de la revolución consideran la asunción de AMLO en México, de Gabriel Boric en Chile o de Gustavo Petro en Colombia, como “un triunfo de las izquierdas” (sic).

Primero habría que aclarar que entre las clases sociales en pugna no existe una disyuntiva de izquierda o derecha; sino una contradicción antagónica entre quienes poseen los medios de producción y quienes no, es decir: entre explotadores y explotados.

En segundo término, hay que enfatizar que el ascenso de AMLO, Boric y Petro no es el resultado de una lucha clasista de las masas, aunque las coaliciones electoreras se hayan montado y aprovechado de estas jalonando a los sectores más desclasados al interior del movimiento.

Por último, vale la pena recordar que en política las formas son fondo, y que los discursos de cada uno de estos tres personajes los identifica ideológica y programáticamente con la gran burguesía, nunca con el pueblo trabajador.

¿Hemos olvidado las citas de Adam Smith que AMLO ha realizado en sus mañaneras? ¿No hemos entendido su modelo desarrollista demo-liberal y neokeinesiano? ¿Qué pasa con la creciente militarización del país y su economía para “blindar” los megaproyectos imperialistas de despojo y muerte?

¿En Chile ya hay una “redistribución más justa de la riqueza”? ¿El hípster y ambientalista de barba ya rompió con el imperialismo para salvar al planeta? ¿Qué de progresista tiene la remilitarización del territorio Mapuche recientemente ordenada por Boric?

¿Vamos a seguir pensando que ser exguerrillero dota de autoridad moral o súper poderes a cualquier sujeto? ¿Ser un renegado de la revolución, un conciliador y un desmovilizado es un orgullo dentro de la izquierda? ¿No están claras las palabras del maldito Petro cuando dice que “desarrollará al capitalismo”?

Es bien importante tener en cuenta lo antes dicho para no dejarse cautivar con el canto de las sirenas. Los “nuevos gobiernos” con discursos demagógicos que presumen ser de “izquierda” son los nuevos administradores de los intereses comunes de terratenientes y grandes burgueses al frente de viejos Estados. Junto a las camarillas burocráticas gobernantes en Venezuela, Nicaragua y Bolivia, junto a la cúpula revisionista en Cuba, junto al peronismo en Argentina, los gobiernos “emergidos del descontento social” en México, Chile y Colombia vienen a darle continuidad a las políticas antipopulares dictadas por el imperialismo, principalmente yanqui, en América Latina.

Esta región del mundo, Nuestra América, efectivamente reclama cambios y transformaciones para su proletariado, sus clases trabajadoras y sus pueblos, pero estos no se darán ni de forma armónica, ni pacífica, ni evolutiva, se hará a través de grandes saltos, de nuevas formas de organización y nuevas formas de lucha que convoquen a la clase a reconstituir sus instrumentos políticos en cada país para iniciar y desarrollar guerras populares que impongan Nuevo Poder, con Revoluciones de Nueva Democracia que hagan surgir paulatinamente una América libre y roja, de carácter Socialista.

Notas.

1.     La teoría marxista en el desarrollo de la sociedad explica el surgimiento del capitalismo en un momento histórico donde las fuerzas productivas materiales habían alcanzado un nuevo salto. Previamente se encontraron tres condiciones fundamentales para ello, a saber: 1) incremento de la producción agrícola y desplazamiento (proletarización) del campesinado pobre hacia las grandes ciudades, 2) desarrollo de la producción de mercancías, crecimiento de las ciudades-centros de comercio y división social del trabajo y 3) acumulación de capital en manos de la burguesía. Todo esto se puede explicar así: la economía natural se transformó en economía mercantil simple, esta a su vez en economía mercantil capitalista. La producción de mercancías también atravesó distintas etapas, primero en forma de cooperación simple (talleres artesanales donde se observa la división del trabajo entre artesanos y aprendices), después en forma de manufactura capitalista (donde se observa la división y organización del trabajo entre los obreros que hacen el trabajo manual y los patrones que ya no intervienen directamente en la producción; aquí se observa también el nacimiento del mercado interno y la destrucción gradual de las relaciones precapitalistas, incluidos los vínculos de la sociedad con la economía natural, el acaparamiento-despojo de la tierra en manos de los capitalistas, etc.) y por último el surgimiento de la gran industria maquinizada, que constituye el paso de la manufactura a la fábrica; solamente el capitalismo clásico ha sido capaz de producir medios de producción y medios de consumo, industria pesada e industria ligera. El capitalismo burocrático por su parte al no destruir las relaciones precapitalistas y depender por entero del imperialismo no es capaz ni de lo uno ni de lo otro.

2.     En la misma línea de ideas, quienes hablan del capitalismo subdesarrollado o capitalismo del subdesarrollo, implícitamente afirman la posibilidad “evolutiva” de su desarrollo (es decir: quisieran desarrollarlo), contradiciendo la tesis del desarrollo desigual del capitalismo y por tanto la posibilidad de edificar el Socialismo en un solo país. Esta tesis del revisionismo contemporáneo de carácter filo-trotskista, se niega a reconocer que detrás de este subdesarrollo se encuentran principalmente las bases económicas de las relaciones precapitalistas de producción -que jamás fueron destruidas por la burguesía criolla/compradora- sumado a la subordinación nacional ante el imperialismo (y el necesario condicionamiento económico, político, social, cultural, militar, etc. que implica) lo que deriva en el surgimiento de un capitalismo burocrático que jamás -ni por pretensión propia ni por concesiones externas- podrá desarrollarse así mismo pues va contra su ADN. La tesis del capitalismo burocrático es una importante aportación del Presidente Mao Tse Tung a la economía política marxista, y establece que en países feudales o semifeudales, coloniales o semicoloniales como los de América Latina se impone un capitalismo diferente, de carácter burocrático. Entenderlo es fundamental para establecer el programa de la revolución en los países oprimidos donde se precisa de Revoluciones de Nueva Democracia que barran con la semicolonialidad, la semifeudalidad y capitalismo burocrático, para pasar inmediatamente a la Revolución Socialista y con ella realizar cuantas Revoluciones Culturales sean necesarias para evitar la restauración capitalista.

 

Tomado de Periódico Mural, prensa popular y democrática.