La guerra popular en tiempos del coronavirus


La guerra popular prolongada sigue confirmando su validez como estrategia militar universal del proletariado, no solamente para el desarrollo de la guerra revolucionaria contra las clases parasitarias que oprimen y explotan al pueblo, sino también para movilizar a las fuerzas armadas revolucionarias, las organizaciones de masas y a los Partidos Comunistas que las dirigen, para preservar la salud y la vida de los pueblos, un cariz poco o nada observado en los medios de información.

Las guerras populares en curso en el marco de la pandemia del COVID19 están confirmando palmariamente quienes son los amigos y quiénes son los enemigos del pueblo, tomando medidas para proteger a la población, a diferencia de los gobiernos reaccionarios que combaten.

Las clases parasitarias al frente de esos gobiernos reaccionarios en los países donde existen guerras populares, han gastado años en señalar que las organizaciones revolucionarias del pueblo son en realidad “terroristas, narcoterroristas o bandas de criminales”. Estas declaraciones tienen fines contrainsurgentes, como son: A) desprender a los revolucionarios de su carácter ideológico, para criminalizarlos como el peor de los enemigos. B) aislar a los revolucionarios de su relación con las masas populares. C) alentar la desmovilización entre las filas insurgentes para disminuir sus fuerzas activas. D) neutralizar a amplios sectores del pueblo con “programas oficiales o de asistencia” en las zonas revolucionarias o cercanas a estas. E) exterminar a la guerrilla para perpetuar el status quo del viejo estado.

En el momento actual de emergencia sanitaria, las clases parasitarias al frente de los gobiernos reaccionarios alrededor de todo el mundo son incapaces de atender las necesidades de la población, no les interesa la salud del pueblo y son impotentes ante el incremento de la epidemia. Las décadas de saqueo, privatización, corrupción y desmantelamiento de la salud pública están representando un alto costo que está siendo soportado sobre las espaldas de las masas.

Por su parte, las guerras populares en esos mismos países, llevan décadas luchando, conformando a su paso órganos de Nuevo Poder, donde surgen y se desarrollan nuevas relaciones sociales y nuevas relaciones de producción, donde el trabajo, la salud, la educación, la cultura y la forma de vida del pueblo comienzan a cambiar junto a la aplicación concreta del programa de Nueva Democracia. Los revolucionarios han señalado que los gobiernos reaccionarios de cada uno de estos países responden únicamente a los intereses de los dueños de grandes extensiones de tierra, a los grandes burgueses y al imperialismo internacional. Que las clases parasitarias desprecian al pueblo y viven a expensas de este. Que es preciso llevar a término la Revolución Democrática mediante la lucha armada para pasar de inmediato a la Revolución Socialista.

En esos mismos países, las guerras populares están movilizando a las tropas revolucionarias, a las masas organizadas en torno a estas y a sus destacamentos de vanguardia para atender directamente a la población, yendo a zonas rurales y urbanas, dando auxilio, atención médica y alimentos a las masas empobrecidas.

Las guerras populares en curso son guerras justas, porque son guerras revolucionarias. Las guerras populares en curso están sirviendo al pueblo de todo corazón, y las últimas determinaciones de estas así lo confirman.

En medio de la pandemia del coronavirus, queremos destacar para nuestros lectores dos ejemplos importantes.

Filipinas.

El Comité Central del Partido Comunista de Filipinas ha ordenado al Nuevo Ejército del Pueblo (NPA por sus siglas en inglés) y las milicias populares, ampliar el periodo del cese unilateral al fuego, el cual comenzó el pasado 25 de marzo y ahora durará hasta el 30 de abril. El objetivo, según destacan los maoístas, "es garantizar un apoyo rápido y sin obstáculos a todas las personas que requieren asistencia médica, sanitaria y socioeconómica urgente ante la emergencia pública por la pandemia de Covid-19".

A esta nueva medida preventiva, (respaldada por Comités de salud popular y del NPA que despliegan actividades de socorro, bienestar y salud a la población) se agregan las declaraciones del Frente Democrático Nacional de Filipinas (NDFP por sus siglas en inglés) que en una misiva dirigida al Secretario General de la ONU, señalan que el gobierno de la república ha violado su propio cese unilateral (el cual tendría vigencia del 16 de marzo al 15 de abril).

En su carta los demócratas denuncian que “las Fuerzas Armadas de Filipinas (AFP) han montado 13 ataques o asaltos contra el NPA y han llevado a cabo al menos cinco bombardeos aéreos y bombardeos de artillería en las 96 ciudades y 196 aldeas”.

Efectivamente, el gobierno archi-reaccionario del fascista Duterte ha violentado su propio decreto de cese al fuego, continuando con el incremento de las hostilidades y acciones armadas contra las bases de apoyo y las zonas guerrilleras contraladas por los maoístas, generado respuestas defensivas por parte de los revolucionarios.

Ante ello el NDFP expresa con determinación: “Los comités de salud y las fuerzas revolucionarias del Nuevo Ejército del Pueblo, el Partido Comunista de Filipinas, el NPA y todo el NDFP, continúan llevando a cabo programas en las 73 provincias donde operan las fuerzas del NDFP, a pesar de las violaciones de gobierno de la república de su alto al fuego unilateral. El NPA se abstiene de realizar ataques contra las fuerzas armadas del gobierno de la república. El NPA está observando una política de defensa activa para proteger a la comunidad de las violaciones graves de las fuerzas armadas del gobierno de la república."

India.

El Partido Comunista de la India (maoísta) ha decretado un cese unilateral al fuego. En un comunicado dado a conocer en diversos medios de comunicación los maoístas han señalado: "Nuestro Partido, el Ejército Guerrillero Popular de Liberación (PLGA por sus siglas en inglés), brazo armado del PCI-maoísta, y varias organizaciones de masas del partido han decidido no llevar a cabo ningún tipo de ataque contra las Fuerzas de Seguridad durante este período", otorgando un término de cinco días al mando de estas para responder al respecto.

La medida ha sido asumida en dos regiones militares importantes: Andhra Pradesh y Andhra Odisha, donde los revolucionarios están desplegando acciones de sanidad, higiene y atención general a la población. En medio de esta situación, el camarada Abhay, vocero del PCI-maoísta dijo: "El surgimiento de armas biológicas como el coronavirus tuvo sus raíces en las políticas imperialistas".

En su misiva, el portavoz de los revolucionarios demanda la puesta en libertad inmediata de todos los presos políticos del país, especialmente del escritor Varavara Rao y del profesor G.N. Saibaba, cuyas edades y condiciones de salud comprometen sus vidas.

A pesar del cese al fuego unilateral, las fuerzas reaccionarias del estado hindú-brahmánico lideradas por el fascista Modi han continuado sus hostilidades dirigidas contra las bases de apoyo y zonas guerrilleras, registrándose constantemente intentos de emboscadas y bombardeos. Ya son muchos los combates entre las fuerzas armadas reaccionarias y el PLGA, que ha advertido que los maoístas “no dudarán en tomar represalias contra cualquier ofensiva de las fuerzas represivas, como medida de autoprotección”.

Las fuerzas armadas reaccionarias del gobierno están más centradas en combatir a los insurgentes que en atender a la población que lo necesita; los servicios de salud han colapsado y el hambre azota a vastas zonas del territorio nacional.

El fascista Modi en medio de su estado de excepción anunciado a partir del 25 de marzo y actualmente ampliado hasta el 3 de mayo, llama a “apagar las luces en los hogares por las noches y a encender velas en solidaridad con las víctimas del coronavirus”; su falso humanismo se viene abajo con la militarización de las calles en las principales ciudades del país y tras cada nuevo bombardeo contra aldeas y zonas guerrilleras. Recientemente ha caído en combate el camarada Comandante Dinu Oaron, en el distrito de Gumla, Jharkhand.

¿Quién está atendiendo y resolviendo las necesidades del pueblo, los gobiernos reaccionarios o las fuerzas revolucionarias?