SALEN EN LIBERTAD AGUSTÍN LUNA Y FORTINO ENRIQUEZ, PRESOS POLÍTICOS DE LOXICHA

El pasado 26 de Agosto de 2016, los presos políticos de San Agustín Loxicha, Pochutla, Oaxaca, dieron a conocer un  comunicado a los medios de comunicación y la Comisión de Representantes Populares y Personalidades que acudierón a visitarlos al CERESO #1 de Santa María Ixcotel, Oaxaca.

Hoy (7 de Diciembre de 2016) casi cuatro meses después de redactar esta carta, y 20 años, dos meses y doce días después de su ilegal detención por parte del Estado Mexicano, ocurrida el 25 de Septiembre de 1996, los compañeros Agustín Luna Valencia y Fortino Enriquez Hernández, ambos profesores y en su momento autoridades municipales de dicho municipio (Presidente Municipal y Síndico, respectivamente) han salido en libertad acompañados de la solidaridad y la combatividad del movimiento popular, entendiendo que este es un paso más en la lucha por la liberación del conjunto de los presos políticos del país, entre los que aún destacan los compañeros Justino Hernández José, Abraham García Ramírez, Álvaro Sebastián Ramírez y Zacarías Pascual García López, presos políticos de Loxicha, así como el camarada Roque Coca Gómez, preso político de la Corriente del Pueblo "Sol Rojo", recluido en el CERESO #2 de Etla, Oaxaca.

A continuación reproducimos la carta de fecha 26 de Agosto de 2016.
 

26 de agosto de 2016

A LA COMISIÓN DE REPRESENTANTES POPULARES Y PERSONALIDADES
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


PRESENTE

Los que suscribimos, profesores de Educación Primaria, presos políticos y de conciencia de la región Loxicha, Oax., éramos en 1996 presidente municipal y síndico, nombrados bajo el sistema de usos y costumbres en nuestro pueblo natal, San Agustín Loxicha, Pochutla, Oax.

Como las raquíticas partidas que recibía el municipio eran insuficientes para satisfacer las graves carencias que enfrenta el pueblo, nos organizamos de manera pacífica y legal y acudimos a las dependencias estatales y federales para exigir atención a las necesidades más apremiantes.

Pero en vez de que las autoridades escucharan nuestro reclamo, la fuerza represora del Estado mexicano nos detuvo el 25 de septiembre de 1996. Fuimos capturados el profesor Agustín Luna Valencia presidente municipal), el profesor Fortino Enríquez Hernández (síndico), Isaías Ambrosio Ambrosio (síndico suplente) y Manuel Nicandro Ambrosio José (secretario municipal). Los dos últimos obtuvieron su libertad el 28 de Enero de 2000.


Hasta ahora seguimos señalados como miembros del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y acusados de homicidio calificado por los hechos en la Crucecita, Huatulco, Oax, de agosto de 1996; después de las detenciones de las autoridades municipales, los cuerpos policiacos y el Ejército Mexicano iniciaron una ola de represión; encarcelaron a más de 250 indígenas que fueron obligados, mediante crueles torturas físicas, psicológicas y amenazas de muerte, a firmar hojas en blanco, y con engaños los obligaron a declararse culpables de los delitos que no cometieron. Luego los vincularon al EPR, lo que es totalmente falso.

Gracias a las denuncias y al plantón de las familias e hijos (as) de los presos, que se instaló por varios años en el Corredor del Palacio de Gobierno, en la ciudad de Oaxaca, el 10 de junio de 1997, se logró la libertad, de la mayoría de las personas encarceladas. Actualmente seguimos seis privados de la libertad: Agustín Luna Valencia, Fortino Enríquez Hernández, Justino Hernández José, Abraham García Ramírez, Álvaro Sebastián Ramírez y Zacarías Pascual García López. Este último se encuentra en el CEFERESO No. 13 de Nengolí, Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oax. Los tres primeros vamos a cumplir 20 años de prisión y los otros están por cumplir 19, todos por delitos del orden federal, condenas que las autoridades nos han impuesto injustamente.

Nuestro único delito es ser indígenas zapotecos del sur, vivir en la marginación y pobreza extrema, trabajar de la mano con nuestros hermanos del pueblo, y pensar diferente a la clase en el poder. Las autoridades de los dos niveles de gobierno han violado gravemente nuestros derechos humanos, situación que ha causado y sigue causando daños irreversibles a nuestras familias e hijos.

Respetuosamente,

Agustín Luna Valencia y Fortino Enríquez Hernández