Provocadores fascistas apunto de quemar el Corán |
Una vez más el fascista Salwan Momika quemó un Corán en Suecia el
domingo pasado. Él fue jefe
de una milicia cristiana en Irak, su país de origen, aunque actualmente goza de
un permiso de residencia en Suecia hasta abril del próximo año. Salwan se dice
“ateo”, pero su odio se centra contra la religión islámica y pretende
aprovechar la “libertad de expresión” de Suecia para lanzar nuevas campañas de
odio contra la población musulmana.
Su milicia -parte de la Brigada Imam Ali- ha luchado bajo los intereses
del imperialismo yanqui contra el denominado Estado Islámico (otra organización
de corte reaccionario) y ha sido acusada de crímenes de guerra de acuerdo con reportes. Salwan ahora es
miembro de otra organización de corte fascista, el partido “Demócratas de
Suecia” (en sueco: “Sverigedemokraterna”),
que es un partido abiertamente reaccionario dentro la coalición derechista del
actual gobierno.
Pero no es esta la primera vez que Salwan quema o destruye el Corán, varias veces lo hizo en Suecia y Dinamarca, y asegura que va a continuar hasta su prohibición.
Por supuesto, los fascistas como él siempre han contado con el
protectorado de la policía que ha desplegado operaciones masivas contra las
diferentes protestas surgidas de entre las masas como legítima respuesta. Desde
marchas y mítines, hasta batallas callejeras contra la policía, el pueblo y
especialmente las nacionalidades oprimidas en Suecia rechazan estas campañas de
odio que tienen el claro respaldo del Estado. Un ejemplo de ello es que las
acciones convocadas por personajes como Salwan están “autorizadas” y protegidas
por la policía, mientras que las protestas en su contra son duramente
reprimidas.
A nivel internacional las masas también han dado repuestas. Por ejemplo,
a finales de julio hubo protestas en países como Irak, Irán, Líbano y Pakistán;
en Bagdad, Irak, las masas tomaron por asalto la embajada de Suecia
prendiéndole fuego a su bandera. A nivel diplomático varios países árabes han
emitido sendas condenas públicas y algunos, como Arabia Saudita, decidieron
retirar a su embajador y personal de Suecia.
Pero el carácter colonialista del imperialismo es parte de su ADN; el gobierno de Suecia le ha exigido a Irak garantizar la seguridad e integridad del personal sueco, mientras que al interior del país europeo la represión contra las masas se profundiza.
Las protestas del domingo pasado fueron atacadas y disueltas por la policía. En Malmo, la tercera ciudad más grande de Sucia, una manifestación tomó las calles para tratar de impedir que Momika quemara nuevamente el Corán, pero la policía llegó únicamente para atacar a los manifestantes. Estos respondieron ejemplarmente lanzando piedras contra los reaccionarios y quemando algunos coches de la policía. Durante las escaramuzas hubo algunos arrestos. Las batallas siguieron en la noche, principalmente en el barrio proletario de Rosengård, en donde fueron quemados más coches de la policía y escúteres eléctricos. El gobierno describe los sucesos como un “disturbio violento” y el saldo es de 15 arrestos. El lunes las escaramuzas no habían acabado y las masas montaron barricadas para seguir combatiendo a la policía.
En el sur del país, incluyendo Malmo, ya antes se habían registrado este
tipo de acciones de resistencia contra las campañas reaccionarias
anti-islamitas, especialmente después la acción del fascista danés, Rasmus
Paludan, quien también quemó un Corán el 15 de abril 2022. En ese entonces hubo
luchas en seis ciudades cuyo saldo fue de 26 policías heridos, 44 personas
arrestadas, una de estas sentenciada a varios años de prisión (todavía encarcelada)
y al menos tres participantes de las protestas heridos por balas de la policía.
Videos e imágenes de las luchas se pueden encontrar aquí y aquí.
Turquía utilizó las acciones como pretexto para bloquear los planes de Suecia de unirse a la OTAN, demandando la extradición de activistas democráticos y revolucionarios, turcos y kurdos a Turquía, lo cual ha estado cumpliendo Suecia. Contra estos planes los compañeros de la Liga Comunista de Suecia (Kommunistiska Föreningen) desarrollan una campaña dentro de la cual han publicado una resolución sobre la situación con imágenes de acciones, en la cual analizan: “Los imperialistas suecos están temporalmente bloqueados en esta, por el Estado turco reaccionario, que espera ganar materiales militares, yanquis, especialmente en forma de aviones de combate. Esto muestra claramente que la afiliación sueca en la OTAN no solamente ayuda al imperialismo fortaleciendo la frontera de la OTAN en el norte, sino también ayuda la guerra del régimen turco contra el pueblo turco, especialmente contra los comunistas y todos los combatientes y masas que están luchando en la guerra popular en Turquía.”
Manta de la Liga Comunista de Suecia en rechazo a la OTAN y en apoyo a la guerra popular Turquía. ¡Viva TKP/ML! |
Suecia también utiliza los sucesos para justificar su mayor reaccionarización, presentando a las masas rebeldes, principalmente
musulmanas, como “bandas criminales”. El Estado aumenta el “nivel de amenaza de
terrorismo”, elevándolo hasta el segundo nivel (al momento el gobierno de
Suecia no ha declarado el más alto nivel de amenaza), justificando la represión
contra el pueblo y las nacionalidades oprimidas en su interior.
La situación al interior del país se describe: más policía, más armas
para la policía y más violencia de la policía contra las masas. Hacia el
exterior: mayor presupuesto de guerra, mayor militarización del Estado y mayor
belicismo poniéndose en sintonía con los propósitos de la OTAN.
¡Abajo el chovinismo anti-islamita!
¡Abajo la OTAN!
¡Abajo el imperialismo sueco!
¡Viva la lucha y resistencia del pueblo!
¡La rebelión se justifica!