Breves iniciando semana


 


Grecia. En el marco del 49° aniversario del levantamiento estudiantil de 1973 contra el régimen militar, el pasado 17 de noviembre miles de estudiantes y trabajadores han tomado las calles de Atenas y otras ciudades del país. Durante su recorrido la juventud denunció la intervención militar yanqui, informando que el gobierno imperialista de los EE.UU. tiene una de las mayores bases militares del mundo en Grecia, lo que provoca un profundo rechazo de la población hacia los yanquis. Tal como lo menciona el medio alemán Dem Volke Dienen (Servir al pueblo) … “Este odio del pueblo griego hacia los Estados Unidos tiene una larga historia, que culminó con la dictadura militar que reinó desde abril de 1967 hasta julio de 1974. El régimen militar no solo fue apoyado por los imperialistas estadounidenses, sino que también fue construido por ellos en gran medida. Más de 300 golpistas habían sido entrenados en Estados Unidos y pertenecían al ejército de la OTAN. Después de consolidar el poder del régimen, Estados Unidos, bajo la presidencia de Nixon, intensificó la "cooperación" con Grecia en la década de 1970 y apoyó activamente al régimen”. De igual forma rechazaron la guerra de agresión que se vive en Ucrania y el papel de la OTAN como incendiario de guerra; el grito colectivo ¡Abajo la OTAN! tomó las calles de importantes ciudades. Durante las marchas, especialmente en Atenas y Tesalónica, se registraron fuertes enfrentamientos entre manifestantes y policía antimotines; el Estado desplegó miles de policías con tanquetas, drones, granadas de gas lacrimógeno y aturdidoras; el pueblo respondió montando barricadas, lanzando piedras, petardos y cocteles molotov sobre los cerdos. Hay 85 compañeros detenidos y al menos 2 policías heridos.

 


Francia. Los chalecos amarillos han salido a las calles conmemorando 4 años del levantamiento popular más vigoroso de los últimos tiempos; el mismo movimiento que hizo palidecer en más de una ocasión a Emmanuel Macron y toda su camarilla oligárquica. Este sábado, como cada fin de semana durante estos cuatro años, los chalecos amarillos tomaron las calles en París; cientos de personas coreaban la consigna ya clásica del movimiento: “estamos aquí, aunque Macron no lo quiera, estamos aquí”. Siguiendo sus mejores tradiciones, los chalecos amarillos volvieron a enfrentarse a la policía antimotines, lanzando proyectiles y explosivos caseros contra los gases lacrimógenos. Apenas el 10 de noviembre el gobierno reaccionario anunció la compra de granadas de gas lacrimógeno de hasta por 38 millones de euros previendo el incremento de estas y otras manifestaciones. Según el medio Secours Rouge (Socorro Rojo) Francia es el país que utiliza más gases lacrimógenos contra la población… “Más de 10.000 granadas disparadas solo en París el 1 de diciembre de 2018 contra los chalecos amarillos. Se dispararon 13.000 botes de gas lacrimógeno en una semana, en la primavera de 2018, en la ZAD. Miles de granadas fueron disparadas en Nantes, Toulouse, Rennes o Montpellier durante fuertes movilizaciones. En Sainte-Soline recientemente: 2000 granadas para 7000 manifestantes que se acercaron a un sitio de construcción. Por no hablar de las municiones que se utilizan casi todas las semanas en los barrios obreros”

 


 

Brasil. La derecha y la ultraderecha profundizan sus agresiones contra la población, específicamente contra los sectores populares en lucha. Desde el resultado electoral desfavorable para Bolsonaro las huestes fascistas se han lanzado a las calles, exigiendo la intervención (golpe) militar, bloqueando carreteras, promoviendo la guerra civil reaccionaria, disparando contra la población, arremetiendo contra la prensa democrática y ahora más directamente, atacando al campesinado pobre y los pueblos originarios-oprimidos con acciones armadas. El periódico A Nova Democracia (La Nueva Democracia) nos comenta acerca de dos de estos atentados, el primero de ellos registrado el pasado 10 de octubre en el Área Revolucionaria “Cleomar Rodrigues”, ubicada en Minas Garais; un lugar de trabajo recuperado por la Liga de Campesinos Pobres (LCP) donde fue incendiada la casa de un compañero y destruida propaganda de la Asamblea Popular (el órgano local de poder democrático construido por las masas), además de materiales de la LCP como documentos políticos y de agitación. Posteriormente el 12 de noviembre hubo ataques similares contra el Centro de Formación “Paulo Freire” del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), donde las bandas fascistas ingresaron realizando ataques e incendiando la casa del coordinador político del lugar; también hicieron pintas con la esvástica (el símbolo nazi). Estos ataques tienden a incrementarse, son parte de la crisis política que vive Brasil y de la crisis estructural del capitalismo burocrático. Según informes de la prensa burguesa, los ataques están financiados por bancos y agroindustrias relacionados directamente con el latifundio, las bandas criminales, la policía y el Alto Mando Militar. Como lo hemos dicho anteriormente, el “triunfo” de la socialdemocracia y el oportunismo no solamente no es suficiente para detener estos crímenes contra el pueblo, sino que tampoco forma parte de la agenda de Lula y seguirán recrudeciéndose encontrando la justa y decidida respuesta de las masas.

 


 

México. A unos días de iniciar la cumbre de la “Alianza Pacífico” -cuya sede original era la ciudad de Oaxaca para luego ser cambiada a CDMx por temor a las protestas anticapitalistas anunciadas-, el día de hoy AMLO ha dejado entrever en su mañanera la posibilidad de cancelarla “por la ausencia” de Pedro Castillo, Alberto Fernández y Lula da Silva (Perú, Argentina y Brasil, respectivamente). Como es sabido diversas expresiones del movimiento popular, particularmente del sur y sureste del país, han alistado movilizaciones en diferentes entidades y la propia capital de la república para repudiar esta cumbre y denunciar a los representantes de la gran burguesía de América Latina que pensaban llegar a un banquete lleno de aplausos. Los gobiernos de Pedro Castillo (el traidor, vende huelgas, rondero y asesino del gran Presidente Gonzalo), Gabriel Boric (el hípster-ambientalista, infiltrado y desmovilizador al interior del movimiento estudiantil, y enemigo del pueblo Mapuche), de Gustavo Petro (oportunista, desmovilizado, renegado de la revolución y defensor del capitalismo burocrático), así como el propio gobierno de AMLO (demagogo, oportunista, caudillo burocrático y militarista) no tienen el respaldo del movimiento popular en México, particularmente son rechazados por la izquierda democrática-revolucionaria que se reorganiza desde expresiones como el FORO, la FECSM, la ANP, la CNTE, el CNI, el FNR y otras, articulando a organizaciones de larga tradición de lucha, pueblos y comunidades en resistencia. Justo en estos momentos en Oaxaca el FORO se ha declarado en alerta máxima ante el riesgo de desalojo contra el plantón permanente de las familias Triquis desplazadas de San Miguel, San Juan y Tierra Blanca Copala, así como del posible desalojo contra el plantón de la CP-Sol Rojo; las organizaciones del FORO han anunciado también su arribo a la CDMx para condenar la ratificación del “Pacto por Oaxaca” que es la base de megaproyectos como el CIIT, el mal llamado “Tren Maya”, entre otros.  En Guerrero ha iniciado la caravana de la CETEG-CNTE, pasando también por Morelos, teniendo pensado arribar a la CDMx este martes donde serán recibidos por los camaradas del SME; la exigencia central es el cumplimiento de los puntos establecidos durante las 18 mesas de diálogo entre el magisterio democrático y el gobierno federal. Durante su recorrido los maestros han liberado las casetas de peaje permitiendo el libre tránsito, realizando volanteos, mítines y marchas concientizando al pueblo y denunciando también la “Alianza Pacífico”. De confirmarse la cancelación de esta cumbre, la izquierda democrática-revolucionaria estará asestando una importante derrota no solo a los gobiernos lacayunos de América Latina, sino también al imperialismo yanqui. Será importante seguir consolidando el proceso de unidad en la acción de la izquierda anticapitalista, golpeando duro al latifundio, al capitalismo burocrático y al imperialismo.