Breves iniciando semana


Internacional. Vigorosas protestas se reproducen una y otra vez alrededor del mundo desarrollando importantes avances en la lucha de clases internacional y nacional. En el primero de los planos, el internacionalismo proletariado se ha colocado al frente de estas grandes jornadas en los más variados rincones del orbe, el asesinato del afroamericano George Floyd en Minneapolis ha desatado impresionantes olas de indignación contra la violencia racista y de clase que padecen las nacionalidades oprimidas y los trabajadores en los Estados Unidos. En el segundo de los planos, la lucha contra la violencia policíaca, el racismo y el fascismo ha tomado un nuevo auge, tanto en los países desarrollados como en los países oprimidos. Grandes masas de trabajadores y pueblos toman las calles de las principales ciudades, arremeten contra las instituciones de poder público y económico de las clases parasitarias, se enfrentan contra los aparatos represivos de los regímenes que les oprimen; denuncian y desprecian la agresión-dominación imperialista, y hacen retumbar el clamor por un mundo nuevo. En América, Europa, Asia, África y Oceanía las masas están expresando la coherencia del desarrollo materialista de la historia: el racismo encierra una posición de clase a favor de los explotadores y es inamisible e irracional. ¡La rebelión se justifica! es la consigna que cruza todos los rincones del planeta. ¡Proletarios y pueblos oprimidos del mundo, uníos!

EE.UU. Continúan las protestas que suman a cientos de miles de personas volcadas en las calles contra el racismo y la violencia policiaca. Las masas han tomado las calles y ensayan nuevas formas de organización que hacía mucho tiempo no se miraban en los Estados Unidos. Un verdadero despertar a la lucha de clases en las fauces mismas de la bestia yanqui imperialista está siendo robustecido con la experiencia de otros movimientos de masas como el movimiento okupa, el movimiento chicano, el movimiento del pueblo negro y por supuesto, las mejores tradiciones de organizaciones democráticas y comunistas que asumen liderazgos entre las masas. En contraposición, también los reaccionarios están saliendo a las calles, ya sea desde los aparatos represivos del estado como las policías estatales, locales y la propia guardia nacional, o al amparo de la constitución imperialista con formaciones paramilitares de supremacistas blancos, neonazis y fascistas de todo pelaje que portan armas de alto poder, cargan sus vehículos contra las manifestaciones y lanzan explosivos contra el pueblo en lucha. La administración imperialista que movilizó 1600 efectivos de las FF.AA. al perímetro de la Casa Blanca luego de las intensas protestas que lograron sitiarla, está haciendo nuevos cálculos para evitar una mayor profundización de su crisis; en esa tesitura el archi reaccionario Donald Trump ha anunciado el retiro de la Guardia Nacional que se encontraba movilizada en Washington. En correspondencia algunos estados como Nueva York, Atlanta, Dallas, San Antonio, etc. están levantando los toques de queda que habían sido declarados días atrás.

Europa. Francia, Gran Bretaña, Alemania, Grecia y muchos otros países están teniendo importantes oleadas de movilizaciones antirracistas, contra la violencia policíaca y contra la dominación imperialista que estos países ejercen contra otros pueblos. En Francia el gobierno reaccionario de Macron no deja de hundirse en la más profunda de las crisis; ahora también las protestas antirracistas y contra la violencia policial le exhiben nuevamente como un enemigo jurado del pueblo. A la denuncia internacionalista que atraviesa por todas las luchas del mundo se ha sumado también la exigencia de justicia por el asesinato de Adama Traore, cometido en 2016 por los gendarmes en Persan, así como la violencia cometida contra personas afrodescendientes de nacionalidad francesa e inmigrantes. Las recientes medidas de prohibición dictadas contra todo tipo de manifestaciones por el gobierno imperialista francés no han impedido la concentración de decenas de miles de personas. En París la embajada yanqui ha sido asediada por manifestantes antirracistas y antiimperialistas. En Gran Bretaña el estado “monárquico-constitucional” ha calificado como “ilegales” las manifestaciones de los últimos días, no solo en Inglaterra sino en todo el denominado “reino unido”, que no es otra cosa que la colonización y opresión de los pueblos escoses e irlandés desde hace siglos. Los manifestantes han derribado una estatua erigida en memoria de un esclavista del siglo XVII; se han registrado choques con la policía en algunas ciudades. En Alemania unas 100 mil personas se movilizaron en distintas ciudades; al menos en Berlín y Hamburgo se registraron enfrentamientos con la policía antimotines que pretendía disolver las manifestaciones. En Grecia las masas han tomado las calles y también se han registrado fuertes choques con la policía luego de la toma de la embajada gringa y el parlamento.

Oceanía. Una gran concentración se registró pese a las medidas de confinamiento en Australia. El clamor colectivo contra el racismo en los EE.UU. ha retomado el problema racional que afecta a la población aborigen de este país, donde se habla de al menos 400 personas asesinadas por la policía en los últimos 30 años, según denunciaron los organizadores de la manifestación. Se vivieron importantes momentos de tensión cuando la manifestación exigió a los policías antimotines arrodillarse ante la multitud en señal de respeto a la protesta y como garantía de no represión, a lo cual se negó el alto mando policiaco que pretendía encarar al pueblo. Así mismo la policía presentó un recurso legal para declarar como no valida la manifestación por sobrepasar el límite de concentración permitida por el estado a raíz de las reglas de distanciamiento social. Unas 100 mil personas han participado en las protestas. También en Nueva Zelanda se registraron protestas.

Asia. En Japón y Corea del Sur, dos países aliados y títeres del imperialismo yanqui, también se registraron protestas. En Tokio y Seúl, respectivamente, la gente se ha organizado para expresar su solidaridad con el pueblo de los EE.UU. y para rechazar los regímenes policiacos que se viven en sus respectivos países, donde la democracia-imperialista cobra la vida decenas de personas año con año a causas de los abusos policíacos. En otros países del continente, colectivos estudiantiles y académicos han emitido comunicados y llamados diversos a reforzar la solidaridad contra el racismo y la violencia policíaca.

África. Se registran protestas en diversos lugares del continente; especialmente en Sudáfrica, donde los organizadores han denunciado el carácter colonial del imperialismo para el sometimiento, miseria, barbarie y explotación contra el pueblo negro. “Desde el inicio de la esclavitud hasta el desarrollo del imperialismo, los pueblos de África han pagado con su sangre el desarrollo de los explotadores”, aseguraron durante las protestas enfrente de la embajada yanqui en ese país.


América Latina. En Brasil y México las protestas en repudio al racismo y el imperialismo llevan también su propia connotación nacional al luchar contra los llamados al golpe reaccionario de la derecha y la ultraderecha en ambos países.  

En Brasil gobierna la reacción, pero quiere imponer una nueva dictadura militar contra el pueblo cancelando los poderes legislativo y judicial. Las masas están rechazando el llamado al golpe que realizan Bolsonaro y sus seguidores; mientras tanto el gobierno reaccionario de Jair Bolsonaro y el Alto Mando Militar han abandonado a su suerte al pueblo en medio de la emergencia sanitaria, el mayor acto de autoridad ejercido por el estado es la guerra civil reaccionaria contra el pueblo pobre en favelas y zonas rurales.  

En México gobierna un ala patriotera de la burguesía burocrática, ligada a la socialdemocracia y el reformismo, pero la derecha y la ultra derecha quieren realizar un golpe, apoyados en las castas militares, para acabar con toda expresión democrática y popular en la vida pública nacional, suprimiendo los derechos del pueblo y desmantelando sus históricas conquistas. Tras el asesinato del obrero de la construcción Giovanni López en manos de la policía municipal en el estado de Jalisco, el pueblo se ha tomado las calles en esa entidad y la Ciudad de México, aprovechando la oportunidad para ajustar cuentas contra la derecha y la ultra derecha golpistas que claman por la militarización del país y el golpe reaccionario contra el pueblo. Fuertes protestas se han desarrollado en las capitales de ambos países registrándose enfrentamientos contra policías antimotines.