Turquía. El gobierno fascista de Erdogan
es responsable de la muerte de la cantante revolucionaria Helin Bolek,
integrante del Grupo Yorum. Tras 288 días en huelga de hambre luego de ser
arrestada junto a su camarada Ibrahim Gökçek, la cantante perdió la vida en
exigencia de la liberación de ambos miembros de la banda, la no criminalización
de esta y el alto a la prohibición que les ha sido impuesta para no presentar
actos públicos. El régimen de Erdogan acusa a Grupo Yorum de pertenecer a la
organización ilegalizada “Frente Revolucionario de Liberación Popular”
(DHKP-C). Una multitud de personas despidieron a la cantante en un acto
combativo; Aygül Bilge, la madre de Helin, estuvo acompañada por la Asociación
de Solidaridad con las Familias de los Presos (TAYAD). Ibrahim continúa en
huelga de hambre manteniendo en alto la exigencia que juntos sostenían.
Filipinas. El archi reaccionario Duterte
en un claro acto de desprecio al pueblo ha iniciado operaciones de fuego en
contra de las bases de apoyo de la guerrilla del Nuevo Ejército del Pueblo (NPA
por sus siglas en inglés), que recientemente en un comunicado emitido por el
Partido Comunista de Filipinas había anunciado el cese al fuego (unilateral) atendiendo
la emergencia sanitaria por el coronavirus, hecho que hemos documentado en este
medio. Pese a las agresiones militares perpetradas por el ejército
reaccionario, es este quien ha recibido el mayor número de bajas durante los
enfrentamientos, lo que demuestra el profundo arraigo de los maoístas al seno
del pueblo y su alta capacidad de combate. Al sanguinario Duterte no le importa
la vida de las personas, ni siquiera de sus policías y soldados; paralelamente
ha establecido un estado de excepción con el pretexto del coronavirus dando
indicaciones precisas de “disparar a
matar a quien viole las disposiciones”.
Brasil. El golpe militar preventivo
continúa su marcha ascendente, el Alto Mando Militar ha impuesto como “presidente
operativo” al General Walter Braga Neto, pasando por alto al propio Bolsonaro
quién ha debido asumir esta determinación, no sin recelo. La decisión, según se
informa en diversos medios, ha sido tomada debido a la irresponsabilidad de
Bolsonaro ante la crisis sanitaria y el disgusto de la cúpula militar al
respecto, más de fondo existen contradicciones entre la ultraderecha (Bolsonaro)
y la derecha (el Alto Mando Militar) en cuanto a la forma de conducir al país
ante la terrible crisis que le azota y que solamente vaticina la inminente
rebelión de las masas populares. En los hechos esta determinación (acordada o
impuesta con Bolsonaro) representa la estructuración de una junta militar que
coordinará al gobierno bajo los mismos ejes del plan reaccionario en marcha
para tratar de rescatar de su ruina al capitalismo burocrático y ahogar en
sangre y fuego el clamor revolucionario creciente entre las masas.
Venezuela. Una vez más la soberanía y
autodeterminación del pueblo venezolano está en riesgo. Hace unos días el archi
reaccionario Donald Trump acusó a Nicolás Maduro (presidente constitucional de Venezuela)
de “narcoterrorismo”, presuntamente “coludido con las FARC-EP” y ofreciendo
hasta 15 millones de dólares a cambio de información que incrimine a Maduro y confirme
la acusación. Con estos dichos, la bestia yanqui imperialista pretende generar
un clima político favorable a sus pretensiones de acabar con el gobierno
bolivariano y justificar el envío de tropas militares a las costas Venezolanas.
La presencia militar yanqui en América Latina se ha fortalecido desde meses
atrás, Creig Faller, comandante operativo del Comando del Sur declaró ante el
Congreso de los EE.UU que la presencia militar estadounidense en la región se
fortalecerá “en reconocimiento de
amenazas complejas”, y hace tan solo unos días, el 1 de abril, este mismo
personaje sostuvo en la Casa Blanca que “esta decisión ayudará a combatir los
avances de China sobre América del Sur y Central”.
México. No descansa para nada la
derecha y sus planes reaccionarios, ni siquiera en medio de la epidemia y la
fase 2 que mantienen asolada a la población. Dos agresiones armadas se han
perpetrado contra dos importantes referentes del movimiento estudiantil. La Escuela Normal Rural “General Emiliano
Zapata” de Amilcingo, Morelos fue atacada hace unos días por sujetos embozados,
que portaban armas de fuego y agredieron a las compañeras normalistas; durante
el ataque se robaron los teléfonos móviles de las jóvenes estudiantes, mientras
que el velador fue golpeado y atado. Paralelamente la Facultad de Estudios Superiores
(FES-Acatlán) dependiente de la UNAM en el Estado de México fue agredida de
forma idéntica, por sujetos encapuchados, que portaban armas de fuego,
petardos, cócteles molotov y tubos; estos sujetos también robaron los teléfonos
móviles de las jóvenes estudiantes, las agredieron física y sexualmente e
incendiaron los cubículos ocupados por las estudiantes que protestan contra la
violencia patriarcal dentro de la universidad. Es interesante observar que en ambas escuelas el movimiento es sostenido por mujeres, en la Normal por ser históricamente una institución femenil, y en la FES-Acatlán ante las crecientes agresiones y acoso sexual "normalizado" por la universidad. ¿Será casual que ambas agresiones tengan los mismos blancos y el mismo modus operandi?