Las y los
SolRojistas hemos cumplido con nuestra responsabilidad militante en el marco de
la Campaña Nacional #YoPrefieroElLago que han impulsado diversos pueblos,
comunidades y organizaciones del Valle de Texcoco, como lo es el Frente de
Pueblos de Defensa de la Tierra (FPDT), y diversas organizaciones a nivel
nacional.
Esta campaña se
ha traducido en una serie de volanteos, conferencias y abanderamientos de
propaganda con el hashtag #YoPrefieroElLago.
Todo ello en la ruta de la consulta nacional que los pueblos del Valle de Texcoco han logrado arrancar, no como concesión, sino como producto de diecisiete años de lucha en contra de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), y que recientemente fue acordada luego de una serie de foros entre las comunidades afectadas y el que será el nuevo gobierno del viejo estado.
Todo ello en la ruta de la consulta nacional que los pueblos del Valle de Texcoco han logrado arrancar, no como concesión, sino como producto de diecisiete años de lucha en contra de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), y que recientemente fue acordada luego de una serie de foros entre las comunidades afectadas y el que será el nuevo gobierno del viejo estado.
Efectivamente,
la mirada más superficial y poco documentada respecto a la heroica lucha de los
pueblos del Valle de Texcoco en general y de San Salvador Atenco en particular,
puede llegar a pensar que la consulta es solo un montaje o una medida del
Obradorismo para legitimarse ante un sector del movimiento.
Otras voces
llegan a aseverar desde el punto de vista meramente jurídico que la consulta no
tiene efectos vinculatorios y no alcanza para echar abajo la construcción del
NAICM.
Algunos más,
desde una perspectiva un tanto necia y más bien carente de argumentos
históricos o filosóficos, sostienen que la consulta es una “elección” que subordina
el movimiento popular al Obradorismo y su amasijo autodenominado “cuarta
transformación”; sin embargo basta con entender que la consulta solo es eso:
una consulta, que amañada o no, vinculatoria o no, democrática o no, cuyos
resultados serán respetados o no, representa una medida importante conquistada
por los pueblos del Valle de Texcoco para evidenciar al menos tres factores:
I. Técnicamente
la construcción del NAICM nunca ha sido viable, ni en términos de seguridad
estructural, ni en términos ambientales, económicos o sociales. Esto ha sido
demostrado en diversos estudios realizados desde el 2001 por los pueblos en
lucha, pero apenas hoy, en el marco de esta coyuntura, nuevos estudios y
nuevos análisis han permitido confirmar
lo dicho desde antes por importantes personalidades académicas, investigadores,
científicos y los propios pueblos afectados.
II. Existe una
polarización importante al interior de las diversas facciones de la gran
burguesía nacional, y ello justamente da cuenta del resultado de la elección
federal pasada, donde el propio imperialismo ha tenido que llamar al orden al
interior de las filas de la burguesía criolla para definirse por el gerente en turno que más les conviene (desde
la perspectiva de los intereses del viejo estado terrateniente-burocrático).
Que ahora le “toque gobernar” a la facción patriotera de la burguesía
burocrática, que para ello se haga acompañar de la socialdemocracia y que en
esa tesitura tengan que simular ejercicios de un “estado democrático”, debe ser
aprovechado también por las formaciones democráticas y revolucionarias del
pueblo en lucha para agudizar las contradicciones interburguesas. En ese
sentido debemos recordar el papel universal de la contradicción para el
desarrollo de la lucha de clases, y de ello se desprende justamente el tercer punto.
III.
Efectivamente, la consulta no tiene efectos vinculatorios, tampoco ha sido
instruida por mandato de alguno de los tres poderes de la unión (ni ejecutivo,
ni legislativo, ni judicial), no se encuentra normada u observada por algún
organismo internacional que permita garantizar el protocolo de consulta libre e
informada de los pueblos indígenas, ni hay claridad respecto a la forma en que
serán cuantificados, evaluados, sistematizados y procesados los resultados para
su eventual cumplimiento (más allá de que López Obrador ya haya declarado que
el NAICM se cancela en Texcoco y se realizarán las dos pistas alternas en la
base aérea de Santa Lucia). Es decir: sí existen fuertes posibilidades de que
la gran burguesía haga de ella una simulación o una renegociación interna, lo
cual puede irse anticipando dese ya al observar el comportamiento general de la
bolsa y que el dólar que “no se disparó” como aseguraba la burguesía compradora,
ni “los mercados” se vieron mayormente afectados en esto que se antoja un
resultado también previsible para el propio imperialismo yanqui que aún sigue
guardando ases bajo la manga.
Pero el tema no
es legal desde el punto de vista de los pueblos del Valle de Texcoco ni mucho
menos del movimiento democrático-revolucionario. En otras palabras: los
resultados de la consulta, más allá de sus alcances legales, deberán ser
acompañados y ahora también defendidos en las calles y plazas de todo el país,
con organización y lucha clasista en contra del NAICM, en defensa del lago y el
Valle de Texcoco y por la formación de un referente de unidad en defensa de la
tierra y el territorio de los pueblos indígenas y las comunidades agrarias.
Es harto
interesante la posición que está defendiendo cada una de las facciones de la
burguesía nacional: la latifundista, la compradora y la burocrática.
La primera de
ellas cree que el realizar esta consulta abriría la puerta a otras más que
pondrían en jaque el desmantelamiento de la propiedad social de la tierra
(propiedad comunal y ejidal). Para los viejos latifundios, uncidos al carruaje
del imperialismo, esto es impensable, toda vez que los grandes megaproyectos
mineros, eólicos, hidroeléctricos, ferroviarios, agroindustriales, etc. están
siendo fuertemente cuestionados y rechazados por los pueblos originarios y las
comunidades agrarias en varias partes del territorio nacional. Por tanto el
latifundio ve en la consulta misma un peligro potencial para sus intereses.
La segunda está
convencida que la consulta es una terrible y desproporcional concesión a los
pueblos, y acostumbrada al ejercicio más reaccionario del poder considera que
las grandes inversiones nacionales y extranjeras se ponen en peligro ante el
solo hecho de un fenómeno como este. Recordemos que precisamente la burguesía
compradora durante la administración del Foxismo fue quien inició los trabajos
de concesión a las grandes compañías para la construcción del NAICM, respaldó y
defendió la represión del entonces Gobernador del Estado de México, Enrique
Peña Nieto (EPN) en contra del FPDT en San Salvador Atenco en mayo de 2006 que
dejó al menos dos compañeros asesinados, decenas de compañeras violadas por la
policía federal, y decenas de presos políticos en cárceles del fuero común y
del fuero federal. Recordemos también que este respaldo a EPN y luego a Ulises
Ruiz Ortiz en Oaxaca se tradujo en reciprocidad para que Calderón pudiese tomar
posesión y se iniciara así la militarización del país y de la economía, con la
salida del ejército y marina a las calles, con el aumento del gasto militar y
por supuesto, con el inicio y desarrollo de la guerra contra el pueblo y la
profundización del terrorismo de estado, que luego ya como gerente del viejo
estado, EPN dio continuidad llevándole a nuevos estadios de represión.
La tercera de
ellas, que se prepara para asumir formalmente el poder ejecutivo este 1° de
diciembre, tampoco está pensando en los campesinos pobres del Valle de Texcoco
ni del resto del país; su agenda no está comprometida con los intereses del
proletariado ni de las amplias masas populares. La burguesía burocrática ha
dejado claro el objetivo de su agenda: reactivar el mercado y la economía
interna, y para ello, lógicamente, necesita generar las condiciones de
negociación (en condiciones de superioridad más que formal, económica) con las
otras facciones de la burguesía que componen el viejo estado. ¿No es
sintomático que luego del anuncio de la consulta, los grandes inversionistas
anunciaran que las obras del NAICM podrían costar hasta 10 mil MDP menos? El
discurso Obradorisrta de licitar públicamente las obras y su reciente declaratoria de llevarlas a la
base aérea militar de Santa Lucia, modernizando a su vez los aeropuertos de la
Ciudad de México y Toluca llevan toda la cuña que requiere la burguesía
burocrática para apretar y forzar la negociación con las otras facciones.
Muestra de ello las más recientes aseveraciones donde según manifiesta López
Obrador, la cancelación del NAICM y la construcción de la terminal en Santa
Lucía representará un ahorro de 100.000 millones de pesos, unos US$5.000
millones, lanzando un mensaje de tranquilidad a la alta burguesía al señalar
que "desde que se inició el análisis sobre este asunto, dejamos de
manifiesto que quedaban a salvo los intereses de las empresas y de los
inversionistas. Hay fondos en el fideicomiso actual que respaldan los
compromisos en contratos y en inversiones". Como podemos apreciar, la
negociación sigue en marcha, y la burguesía burocrática se coloca al frente de
esta en mejor correlación de fuerzas con argumentos económicos para imponerse
sobre la mesa.
Hasta aquí,
debemos subrayar que en el análisis histórico sobre el desarrollo de las sociedades
debemos recordar siempre que la superestructura de la sociedad descansa sobre
su base económica, y es absolutamente evidente que la burguesía, no siendo una
clase indivisible, también tiene intereses económicos encontrados que le hace
mantenerse en colusión y pugna.
La colusión a la
que el imperialismo -principalmente yanqui- ha sometido a las distintas
facciones de la burguesía nacional con la pasada elección federal (donde se
privilegió la “válvula de escape” antes que correr el riesgo de una rebelión
cada vez más anunciada) es un acto formal pero endeble.
La puga de fondo
continúa y va a continuar hasta ver cuál de las tres facciones logra imponerse
“económicamente” por encima de los poderes formales (superestructura) del viejo
estado.
Los desenlaces
de esta colusión y pugna interburguesa pueden ser variados, uno de ellos con
fuertes potencialidades es que el fascismo se imponga como resultado de la
decadencia y crisis del capitalismo burocrático.
Pero lo que es
un hecho, es que las masas democráticas y revolucionarias no pueden quedarse al
margen de esta situación; al contrario, debemos aprovechar al máximo esta pugna
y estas contradicciones interburguesas, explotarlas en función de nuestros
intereses históricos y no temer ni a participar activamente en una consulta
como está que se ha desarrollado y en donde un 69.9% de los votantes decidió
por Santa Lucia y solo el 30.1% por Texcoco, la cual dicho sea de paso no es ni
la panacea del movimiento ni un triunfo definitivo. Falta, por supuesto,
esperar la respuesta final de la gran burguesía al respecto, el reagrupamiento
que se dará al interior de las diversas facciones de la gran burguesía, el
barajeo de cartas de la mano del imperialismo yanqui, etc. Lo cierto es que a
partir de ello tenemos especial necesidad de cualificar en las calles la lucha
contra los megaproyectos, acompañándola de la recuperación de tierras y
liberación de territorios; desarrollando las tareas de la revolución agraria y
antiimperialista, como Revolución de Nueva Democracia bajo consignas para la
acción muy en lo específico:
¡No al NAICM ni a ningún
megaproyecto de despojo y muerte!
¡No a los proyectos del
imperialismo!
¡Muerte al latifundio, Viva la
Revolución Agraria!
¡Con el Sol Rojo, el pueblo
vencerá!
¡Que los trabajadores gobiernen
la patria!
CORRIENTE DEL PUEBLO SOL ROJO