INTRODUCCIÓN AL PROBLEMA MIGRATORIO.
¿Cómo entender el problema migratorio que se ha desbordado
durante las últimas semanas en México? ¿Acaso el ángulo el imperialismo
norteamericano (que estigmatiza, criminaliza, discrimina, persigue, reprime y
extermina a los migrantes latinoamericanos) cabe en la cotidianidad del México
profundo? ¿Puede llegar a imponernos esa lógica el capitalismo burocrático en
medio de su crisis?
El problema migratorio para la clase obrera, el
campesinado pobre y las capas más profundas de la población en México, no puede
ser visto lógicamente desde la perspectiva de la gran burguesía ni de nuestros “vecinos” del norte (el imperialismo
yanqui); puesto que este país se encuentra asentado sobre profundas bases
migratorias, multiculturales, multinacionales, pluriétnicas, etc. derivadas de
procesos migratorios internos, algunos de ellos motivados por la búsqueda de
mejores condiciones de vida y trabajo (como en el caso de la migración a las
grandes ciudades del país) e incluso a raíz de desplazamientos internos, como
desplazamientos forzados, generados por el despojo de tierras, territorios,
recursos naturales y culturas que hacen de manera simbiótica el latifundio y el
imperialismo a propósito de los grandes megaproyectos que vienen imponiendo a
bayoneta calada en diversas geografías de México.
Por ello pensamos que es necesario dar una repasada breve
al problema migratorio, máxime ahora que todo mundo tiene una opinión al
respecto, y donde desafortunadamente estas opiniones (incluso viniendo de
aquellos que se autoproclaman demócratas) son todas reaccionarias,
discriminatorias, catastrofistas, acientíficas y divisionistas al seno del
pueblo, porque pretenden dar carta de ciudadanía al discurso de legalidad e
ilegalidad humana, legalidad o ilegalidad de los trabajadores, legalidad o
ilegalidad del tránsito por territorio nacional.
MARX SOBRE LA EMIGRACIÓN E INMIGRACIÓN EN EL CAPITAL *[1]
“En
realidad, desde una posición científica e histórica, el capitalismo surgió
precisamente de la emigración de la fuerza de trabajo disponible para la
acumulación de capital, algo que los xenófobos fácilmente olvidan. Desde que
existe el capitalismo, la emigración no ha parado nunca de fluir. La emigración siempre ha sido y es una
constante del capitalismo, la forma más brutal de la movilidad de la fuerza de
trabajo asalariada.
Marx
en El Capital nos habla de la acumulación originaria del capital,
además del expolio y la colonización de continentes enteros, y coloca a las
migraciones como base de la expansión del trabajo asalariado. En el campo la
decadencia del modo de producción feudal y la introducción de las manufacturas
aceleró el desplazamiento y emigración de los trabajadores hacia los nuevos
centros industriales. Para Marx la fuente más importante de la afluencia de
fuerza de trabajo en Europa es la proletarización constante de las capas medias
rurales y urbanas, la decadencia de la economía campesina y la industria
artesanal, como proceso de eliminación de formas de producción precapitalistas.
La introducción del maquinismo aceleró aún más la supresión del feudalismo, las
nuevas industrias se llenaban de antiguos campesinos desposeídos de sus medios
de producción. La aparición de nuevas ramas de la industria amplió ese
movimiento de nuevas fuerzas de trabajo, del campo a la ciudad.
Marx
estudia el surgimiento histórico de la fuerza de trabajo proletaria en un doble
proceso, su “liberación” de las estructuras precapitalistas y la supeditación
al capital. Esa “libertad” se transforma en su contrario en cuanto entra en el
mercado de trabajo, allí se encuentra el lugar de la coacción, de las
relaciones de fuerza. Así la “libertad” adquirida por la fuerza de trabajo
obrera es el comienzo de una nueva explotación y coacciones del sistema
industrial capitalista.
La
acumulación originaria de capital basada en la separación de los productores de
sus medios de producción para disponer de trabajadores libres del régimen de
servidumbre y del gremialismo, libres a los que explotar bajo el trabajo
asalariado, se realizó mediante métodos terroristas, con el cercamiento de
tierras baldías y la sustracción violenta de las tierras comunales de los
campesinos para destinarla a la producción agraria capitalista, y tierras
convertidas en praderas para el pastoreo y la caza. Fue esa acumulación
originaria de capital la que causó la destrucción masiva de poblados y
viviendas campesinas, donde millones de campesinos arrendatarios fueron
arrancados violentamente de sus tierras, sustraídos de sus medios de vida,
obligados a vender su fuerza de trabajo bajo leyes de hierro que prohibían y
perseguían el vagabundaje y la mendicidad.
Todo ello
fue descrito con todo detalle por Marx en “El Capital” como un “proceso de
expropiación violenta de las masas populares”, y como una “serie de robos,
ultrajes y opresión que acompaña a la expropiación violenta del pueblo” .Expropiación
realizada por medios terroristas sobre la población rural. Estos fueron
los métodos “liberadores” para acrecentar el número de proletarios
procedentes del campo, que en éste tránsito de 4 siglos de acumulación
originaria, pasando por la primera revolución industrial en Europa
(siglos XVIII y XIX) hasta el predominio de la gran industria deambularon con
la muerte a cuestas y el hambre masiva, con una legislación que prohibía y
perseguía las asociaciones obreras, donde la huelga era un delito penal y se
limitaba los salarios al mínimo.
Marx
señalaba en El Capital la imposibilidad de aumentar extensiva e
intensivamente la explotación de los obreros que ya trabajan, siendo forzoso la
incorporación de fuerzas de trabajo adicionales. Aquí el propio mecanismo de la
producción capitalista lo resuelve, la propia reproducción de la clase obrera
es la fuente del aumento de la fuerza de trabajo necesaria a disposición del
capital. Pero también mostró por otra parte, la imposibilidad de que la clase
obrera adapte su reproducción a las necesidades cambiantes del capital, y de
ahí la existencia del ejército industrial de reserva o superpoblación relativa
(a las necesidades de la acumulación de capital) de obreros despedidos por el
maquinismo o por el desarrollo del capitalismo en el campo.
Para Marx
la superpoblación relativa va más allá de la acumulación primitiva de capital y
abarca todas las fases del capitalismo, por tanto esa fuerza de trabajo
adicional surge no sólo de la propia reproducción de la fuerza de trabajo, su multiplicación
natural, sino también de la expropiación de los trabajadores de sus medios de
producción y de la inmigración que por ello provoca.
PARA MARX LAS MIGRACIONES SON UN FENÓMENO PERMANENTE EN EL
SURGIMIENTO Y DESARROLLO DEL CAPITALISMO.
Marx señaló
que el maquinismo que desplaza a la manufactura permite a la acumulación de
capital utilizar fuerza de trabajo poco calificada, donde el régimen industrial
capitalista moviliza fuerzas de trabajo con escaso valor de cambio. A su vez
rechaza a los obreros especializados que la máquina vuelve superfluos, los
cuales se convierten en parte de lo que Marx llamaría superpoblación relativa,
ejército industrial de reserva. Maquinismo y ejército de reserva, provocan la
emigración de parte de ese contingente de fuerza de trabajo nacional sobrante.
Por ello Marx señala que la constante “eliminación” de obreros en los países de
gran industria fomentó la emigración y la colonización de países extranjeros
(6). En este caso esa emigración hacia Norteamérica, Australia, etc., señalada
por Marx, es efecto del maquinismo y del acceso al trabajo asalariado de
fábrica de fracciones del proletariado hasta entonces inaccesibles para el
capital: niños, mujeres, artesanos y campesinos expropiados. (Ibídem).”
BALANCE CONTRIBUTIVO DE MUJERES INMIGRANTES EN LOS ESTADOS
UNIDOS DE NORTEAMERICA.
El imperialismo yanqui ha desatado una campaña de terror y
estigmatización contra todo migrante en territorio estadounidense. Fuera de sus
fronteras, el lenguaje agresivo y archi-reaccionario de Donald Trump también
cala en el ánimo de las amplias masas populares que año con año, mes con mes y
día con día son expulsadas de sus países de origen y cuya única alternativa de
sobrevivencia es la migración forzada hacia la bestia yanqui imperialista,
pensando que un mejor futuro les espera.
Los EE.UU. han apilado gran poder a base del sometimiento
de pueblos y naciones enteras en todo el mundo, cumpliendo al pie de la letra
cada una de las características esenciales del imperialismo, descritas magistralmente
por Lenin.
Pero también al interior de sus fauces, la bestia yanqui
imperialista explota, oprime y desuella a estos mismos pueblos y naciones
oprimidas que migran hacia los EE.UU. convirtiendo al migrante “ilegal”, al
trabajador “indocumentado” en una mercancía cuyo valor de uso es también fuente
de valor. Es decir: el imperialismo yanqui se sostiene en buena medida
explotando el trabajo de los migrantes “indocumentados”. Lo sabe el
imperialismo al ocultar la precarización del empleo mismo, la disparidad de
salarios y el menoscabo de derechos sociales, como la salud, educación, alimentación,
entre otros. Es aleccionadora la situación del proletariado femenino en este
país cuyos datos duros deben estudiarse. De acuerdo a datos oficiales del USCB (Buro
del censo de Norteamérica) tenemos:
Los 11.8 millones de
inmigrantes que trabajan en Estados Unidos representan más del 7%
del total de la mano de obra en ese país.
–La tasa de participación en la fuerza de trabajo de las
mujeres inmigrantes es de 55.6%, casi
igual a la de las mujeres nativas: 58.6 por ciento.
–Un poco más de la mitad [50.8%] de las trabajadoras inmigrantes son de América Latina,
y casi un tercio [31.3%] son de Asia.
–Entre todas las trabajadoras inmigrantes, las de África tienen la mayor tasa de participación en la
fuerza de trabajo [65.6%].
– [2.8
millones, o 23.8%], Filipinas [752 mil 648, o 6.4%] y China [570 mil 378, o
4.8%].
–Más de un tercio [33.6%] de las trabajadoras inmigrantes
tiene una licenciatura o más, el 23.7% tiene una educación secundaria
incompleta y un 42.8%tiene un diploma de
escuela secundaria o menos.
–Dos quintas partes de las trabajadoras inmigrantes
[42.2%] ocupan empleos de bajos salarios donde
ganan 20 mil dólares al año o menos, mientras que el 15.2% gana más de
60 mil dólares al año.
–Las trabajadoras inmigrantes
son empleadas domésticas [882 mil 663], enfermeras, psiquiátricas y
auxiliares de salud en el hogar [501 mil 740], cajeras [480 mil 391],
enfermeras registradas [454 mil 057] y conserjes y limpiadores de edificios
[364 mil 494].
–Las mujeres inmigrantes
representan más de la mitad [51.5%] de todos los trabajadores de la
clasificación de productos agrícolas, el 47.1% de los trabajadores del
ramo de apariencia personal, el 42% de las empleadas domésticas, el 39.5 por
ciento de trabajadores en prensas textiles y el 39.5% de los operadores de
máquinas de coser.
–Entre las mujeres inmigrantes
de salarios bajos, un 40% carece de un diploma de escuela secundaria,
mientras que otro 34.5% tiene un diploma, pero no más educación. Sin embargo,
estas mujeres hace trabajos esenciales como la limpieza de viviendas y amas de
casa; cajeras; auxiliares de cuidado personal; cocineras; auxiliares de
enfermería, psiquiátricas y de salud en el hogar; porteras, y trabajadores del
cuidado de niños. Estos son los trabajos de los
que un sinnúmero de personas dependen para hacer su propio trabajo y vivir su
vida cotidiana. Sin embargo, debido a que estos trabajos tienden a ser
mal pagados, a menudo son devaluados.
El stock en la fuerza de trabajo, recetan los economistas
liberales norteamericanos, debe guardar “un equilibrio” castigar salarios para
tener una masa de reserva con bajos ingresos y poco calificada, para sostener
la economía capitalista que naufraga en aguas negras de crisis permanentes, la hegemonía
del imperio Norteamericano se sostiene a sangre y fuego para la cual requiere
soldados y obreros que hagan funcionar su herrumbrada maquinaria de guerra.
EL
IMPERIO Y LA OLIGARQUIA BUSCAN CULPABLES DE LA CRISIS.
Hábilmente el capitalismo en esta que es su fase superior
y última, el imperialismo, sabe que su política expoliadora provoca
convulsiones en su mismo territorio y sus semicolonias, busca exacerbar
sentimientos de odio, ignorancia e irracionalidad, alienta el pandillerismo y
la delincuencia como método de control poblacional, fomenta el ataque a las minorías
y dosifica su apoyo económico a cambio de
que la colonia ceda más recursos naturales y materias primas, imponer
ventajosamente políticas anti-drogas y
migratorias, se sirve de los mass media y de una incontable red de empresas que siembran estos estratagemas
del “fake news” con el sharing, rt o compartir de forma viral.
Claro, en poblaciones alejadas de los suburbios esto llega muy lento y va más
enfocado a las ciudades, donde hay un fenómeno que se puede observar en todo el
mundo y es digno de otro análisis, en otro artículo posterior, el advenimiento
de un neofascismo, autócrata, caudillista, basado en prejuicios y chovinismos
nacionales, solo para provocar el odio, la xenofobia, el miedo.
Estamos ante otra crisis del capitalismo, y en México
hablamos de la crisis del capitalismo burocrático, que no cabe más en su propio
pellejo y las confrontaciones intestinas de las facciones burguesas se dirimen
cada vez más en todo terreno, yendo desde escenarios electorales, concesiones o
licitaciones de megaproyectos, consultas, políticas migratorias, política de
seguridad interior, etc. todo en la perspectiva de un choque y pugna inevitable
entre sí, mientras paralelamente se recrudece la guerra contra el pueblo.
En ese contexto, el viejo estado terrateniente-burocrático
busca una forma sencilla de desviar la atención a cada nuevo problema social; y
en el tema migratorio es señalando con el dedo flamígero y judeocristiano a “los
malos inmigrantes”, que violentan las fronteras nacionales, que lastiman “a los
encargados de la seguridad nacional” que cabe decir, fumigan con gases lacrimógenos
e insecticida a campamentos repletos de mujeres y niños de Centroamérica en las
calles de Chiapas.
Se construye un maniqueísmo vergonzante, donde cae cierto
sector de la población, “nos vienen a quitar los empleos, la dignidad y las
mujeres”, la burguesía criolla se frota las manos, la división le viene bien para
seguir administrando las crisis, aumentar las tasas de interés, bajar más los salarios
y continuar las recetas de sus amos en el consenso de Washington, privatizar
servicios públicos y saquear recursos naturales para obtener materias primas.
En este mes de octubre miles de hispanoparlantes de Centroamérica
han ingresado ya a territorio mexicano en busca de simplemente salvar sus vidas
ante la ola de violencia y miseria que se vive en Centroamérica. Especialmente
en Honduras, donde gobierna un narco dictador, Juan Orlando Hernández, fiel
sirviente del gobierno norteamericano de Donald Trump, disfrazado de demócrata,
con su notoria demagogia quien acusa a opositores de promover dicho éxodo, cuando
su política criminal y las recetas de semicolonia que aplica fielmente sin
reservas contra la clase obrera y el pueblo hondureño expulsan año con año a
miles de trabajadores migrantes que tienen un destino incierto en esta
travesía.
Honduras es sin duda una de las economías más míseras después
de Haití, el número del ejército de reserva es tan enorme que, debajo de la
mesa, el mismo viejo estado hondureño promovió la caravana para iniciar el chantaje de nuevos préstamos que contengan
la migración, no se puede explicar con
semejantes políticas represivas de ese país como es que avanzaron tantos
kilómetros sin que actuaran sus cuerpos represivos, con su habitual proceder; pero
sus cálculos políticos les salieron mal, ya que fueron rebasados los
acontecimientos, miles dejaron su hogar y su tierra ante un futuro incierto de
dar un mendrugo de pan para sus hijos y familias hacia una distopía de caminar hacia los grandes muros
de un imperio opresor.
En México los medios tradicionales han desarrollado una
campaña mediática por consigna de la burguesía compradora y los latifundistas para
linchar a los integrantes de la caravana, desde distintos matices, desde el
sensacionalismo, el sentimentalismo, la vulgarización y criminalización de
grupos de inmigrantes vinculándolos con la delincuencia organizada nativa de
esos países, para ganar una base de influencia conservadora, proclive a
sostener al viejo estado. Justo como apenas lo sostuvo Navarrete, el perro fiel
del imperialismo Yanqui al frente de la Secretaría de Gobernación.
Otra parte de la burguesía, la burocrática y su sector
patriotero que asumirá el poder ejecutivo el 1° de Diciembre, aseguran que en
su mandato habrá una política migratoria de puertas abiertas hacia todos los
Centroamericanos que necesiten cruzar hacia los EE.UU. ofertando incluso
fuentes de empleo transitorias en complejos o proyectos no del todo claros,
pero que es de entenderse, se trata de los grandes megaproyectos del
imperialismo, llámese yanqui o europeo, como en una especie de granjas de mano
de obra Centroamericana que será explotada mediante decreto y permiso de
trabajo de forma “humanitaria”.
Esto genera la discusión por el clima de ignorancia y
xenofobia, acalorados debates en pro u en contra, pero sin argumentos de peso, los contrariados
adversos a la caravana no ven más allá de sus narices, el problema es más
grande que su esfera personal, es la misma convulsa del capitalismo, armarse de
seudociencia como la malthusiana, conspiraciones
o saborear el deglutido insípido de las fake
news, no hacen más que hacerle gordo al gordo al imperialismo y fomentar la
división al interior de la clase obrera internacional y los pueblos.
Pese a este escenario, miles de connacionales y pueblo en
general han salido a la calle a demostrar la solidaridad que es la ternura de los pueblos, para dar ropa, alimentos u
mochilas en un éxodo que ya aumentó en nuestro país.
De forma paralela, en horas recientes el gobierno de Enrique
Peña Nieto ha mandado a reforzar el contingente de policías federales y
gendarmes, que “resguardar el éxodo” en la región del Istmo de Tehuantepec,
Oaxaca, zona clave para el imperialismo norteamericano y sus trasnacionales, la
cual proyectan hacer un muro virtual en el sur de México, que absorba a un ejército
de reserva, con bajos salarios y escasa preparación académica de origen
inmigrante o nacional, pero regenteado por los grupos del imperialismo que se
han concesionado el Istmo a expensas de todas las facciones de la burguesía
criolla.
En el aeropuerto de CD Ixtepec, Oaxaca, se han apostado batallones
de la policía militar, la gendarmería, de la policía federal, la policía naval
y la policía estatal, para organizar el operativo “esta es tu casa”, programa
populista que regula su estancia legal en el país. En asamblea masiva de los
migrantes, estos rechazaron la propuesta y hubo conatos de bronca, sin llegar a
ningún percance en San Pedro Tapanatepec, donde partirán a Santiago Niltepec y
de ahí a CD Ixtepec. Los jenízaros federales y estales se apostaron en el retén
migratorio con autobuses, camionetas y otros vehículos en la carretera
panamericana que conecta a Chiapas con Oaxaca, en espera de instrucciones del
gobierno federal.
Mientras en la frontera de Guatemala, un nuevo contingente
de 2500 migrantes irrumpen en la garita de ese país, con la frontera de México,
donde fueron gaseados por la policía y ejército guatemaltecos, mujeres y niños,
lo que provoco la rabia para dar un portazo, intensos combates se siguen
desarrollando mientras otras familias arriesgan su vida nadando en el rio Suchiate.
Por nuestra parte debemos sostener de manera muy clara: la
clase obrera es internacional, no tiene patria ni más nada que su fuerza de
trabajo; de ella depende y ha dependidito el desarrollo de todas las
sociedades. En los países oprimidos como los de América Latina, incluido México
y Centroamérica, la contradicción principal no es entre los pueblos migrantes o
inmigrantes, sino entre pueblos oprimidos e imperialismo.
Cada uno de los ciudadanos de Centroamérica que viene
huyendo de sus respectivos países en esta Caravana Migrante es víctima del
capitalismo burocrático, la semifeudalidad y la semicolonialidad en que vivimos
sometidos millones de trabajadores del campo y la ciudad en América Latina.
La posición del movimiento democrático y revolucionario
hacia las y los hermanos migrantes debe ser de solidaridad e internacionalismo
proletario en la acción clasista, no únicamente en cuanto a brindar atención a su alimentación, salud
y seguridad por unas horas, sino en cuanto a exigir y movilizarnos junto a
ellas y ellos para que en México se detenga la política xenofóbica dictada por
Donald Trump y el imperialismo yanqui que tiene al esbirro gobierno mexicano
bailando al son que le tocan los gringos, y a cada una de las facciones de la
burguesía criolla, desdentándose entre sí para complacer a sus amos o mejorar
sus posiciones al interior de sus negociaciones internas.
Los derechos de los pueblos migrantes no deben ser objeto
de negociaciones ni por parte de la burguesía nacional ni por parte del
oportunismo, deben ser defendidos en las calles como derechos del pueblo y en
esa tesitura deben ser promovidos y acompañados por quienes nos proponemos la
transformación revolucionaria de la sociedad y la liberación nacional respecto
al imperialismo de todo pelaje.
¡Proletarios
y pueblos oprimidos de todos los países, uníos!
¡Con el
Sol Rojo, el pueblo vencerá!
¡Que los
trabajadores gobiernen la patria!
CORRIENTE
DEL PUEBLO SOL ROJO
[1] Capitalismo y migraciones. Miguel A. Montes.