Las protestas multitudinarias continúan,
y cada vez son más fuertes las escenas que reflejan el grado de polarización
que han alcanzado las contradicciones de clase, irreconciliables, colocando al
centro del orden del día el uso de la violencia desde ambos campos en pugna
para imponerse uno sobre el otro.
Es preciso mencionar: el gobierno
imperialista y archi-reaccionario de los EE.UU. es responsable de esta
situación, pues fue este quien pasó de la violencia silenciosa (sometimiento y
explotación del proletariado y las nacionalidades oprimidas) a la violencia abierta
(brutalidad policiaca, despliegue de la guardia nacional, militarización,
endurecimiento de las leyes, toques de queda, etc.). Es claro, el gobierno
guerrerista de Donald Trump que desarrolla guerras exteriores de ocupación y
nuevo reparto del mundo, no puede seguir gobernando como hasta ahora y se ve
obligado a llevar a cabo la guerra interna como guerra civil reaccionaria, que
es en esencia una guerra contra el pueblo.
En respuesta a ello las masas se
han desbordado, tomando las calles y practicando ensayos que, desde la
heterogeneidad ideológica que caracteriza al movimiento actual, tratan de
gestar nuevas formas de organización política, territorial y social, distintas
al capitalismo, como lo hemos podido ver en ciudades como Seatle, Portland,
Austin, el propio Washington DC y otros lugares, donde el pueblo da insignes
muestras de combatividad y ganas de destruir el odioso sistema que mantiene la
rodilla sobre su cuello.
De las protestas de masas a los
combates callejeros con la policía y el aparato legal del estado (algo
ciertamente común en los periodos de crisis) el conflicto social asume nuevas
dinámicas perfectamente comprensibles desde los anteojos del materialismo histórico-dialectico,
pero que no han dejado de escandalizar a la pequeña y mediana burguesía que
insisten en la “conciliación” como salida a esta crisis, algo que se antoja ya
imposible, además de inadmisible.
Grupos de ultra derecha perfectamente
identificados han salido en respaldo de la policía y el estado imperialista, formaciones
como “Blue Lives Mattes” (las vidas azules importan) al que pertenece el joven
fascista Kyle Rittenhouse que asesinó a dos manifestantes y que traspasó
libremente un convoy policiaco, caminando y armado, así como el fascista Aaron
“Jay” Danielson perteneciente al grupo de extrema derecha “Patriot Prayer” (orador
patriota) que atacaba con un arma blanca a los manifestantes -entre otros
muchos incidentes de este tipo- confirman que los aparatos legal e ilegal del
estado funcionan en amalgama para tratar de contener las fuerzas del pueblo
ante el ascenso de la lucha de clases. En un análisis anterior, precisamente habíamos
comentado que estos “civiles” reaccionarios que salen con armas a combatir al
pueblo en lucha, no representan el fenómeno del “tirador solitario” ni del “desquiciado
asesino” que ataca sin una razón, como los medios burgueses pretenden
presentarlo. Son en realidad parte de un plan de campaña militar, de corte
contrainsurgente, perfectamente diseñado e implementado por el imperialismo
yanqui en América Latina donde conjuntaron la experiencia militar adquirida en
la guerra de Vietnam con las prácticas mercenarias de las dictaduras militares
y los gobiernos reaccionarios impuestos a modo en nuestro continente, gestándose
fenómenos como las “caravanas de la muerte” y los grupos paramilitares que
desde entonces han entrado en acción en periodos de crisis semejantes, cuando las
clases parasitarias no pueden seguir gobernando como antes.
No obstante, la universalidad de la contradicción nos indica que ahí donde hay opresión, habrá resistencia; y, por tanto, ahí donde el estado utiliza el aparato ilegal de su fuerza para atacar al pueblo, este último también debe recurrir a métodos de lucha que se correspondan a ello.
Esto es justo lo que el
camarada Michael Forest Reinoehl ha hecho, al ajusticiar a un fascista que
estaba amenazando y atacando al pueblo. El camarada Forest ha vengado con ello
a otros luchadores del pueblo caídos en la lucha, por ejemplo, ha vengado y
honrado la memoria del camarada Garrett Foster, quien fuera asesinado por un
elemento de la marina yanqui que se adentró en una operación encubierta para
atacar a la población.
Ahora el camarada Michael Forest Reinoehl ha muerto, el pasado 3 de septiembre fue asesinado por un Agente Federal.
Respecto a los hechos y con un
análisis de primera mano, el periódico revolucionario Tribune of the People
(Tribuna del Pueblo) nos dice: “La chispa que inició el alzamiento del
pueblo negro y sus defensores se cimienta en este hecho “el estado imperialista
trae muerte al pueblo y el pueblo debe luchar o morir bajo el aplastante
sistema que los oprime”. El camarada Reinoehl murió como un héroe, su muerte
tiene más peso que una montaña. Por otro lado, Danielson, murió al servicio del
fascismo, imperialismo y los reaccionarios, su muerte tiene menos peso que una
pluma”. Usted puede leer la información completa dando click aquí.
¡Honor y gloria a los combatientes del pueblo caídos en la lucha!
¡Honor y gloria a los camaradas Garrett Foster y Michael Forest Reinoehl!
¡Muera el imperialismo yanqui!