Oaxaca: Solidaridad con la Central de Abastos ante el incendio


A los trabajadores de la Central de Abastos
Al pueblo de Oaxaca

La noche de ayer, alrededor de las 20:30hrs comenzó un incendio en la zona de artesanías del mercado de abastos de Oaxaca. Rápidamente las llamas se extendieron hacia otras áreas, alcanzando grandes dimensiones.

Desde diversos puntos de la ciudad, especialmente desde las partes altas de esta, en las barriadas y las colonias populares, el silencio y la tristeza acompañaban la mirada del pueblo trabajador. La Central de Abastos, el mercado más grande de toda la entidad, se estaba quemando ante la impotencia de la población que concurre en ella, que trabaja en ella, que vive de ella, que se traslada desde ella, que sufre con ella y que depende de mil maneras de ella.

De inmediato los medios de comunicación al servicio del viejo estado comenzaron a redimensionar la campaña mediática que antes habían iniciado los gobiernos municipal y estatal: “La Central de Abastos, el foco de infección de COVID19 se está incendiando”.

Horas antes, por la mañana, estos mismos medios de desinformación transmitían noticias sensacionalistas, personas en situación de calle aparecían muertas en las aceras del mercado de abastos, “probablemente por COVID19”.

Días atrás Oswaldo García Jarquín, presidente Municipal de Oaxaca de Juárez, reveló en tono alarmista ante medios de comunicación que dos policías municipales acababan de fallecer a causa del COVID19, que dos más dieron positivo y que 140 elementos más se encontraban en aislamiento por ser parte de la población de riesgo. Recomendaba no visitar la Central de Abastos de Oaxaca, llamándola “zona de alto riesgo de contagio”. Sentenció que “quienes acudan a este espacio público deben saber que se están exponiendo al riesgo de adquirir el coronavirus y deben hacerlo bajo su propio riesgo”.

En correspondencia con ello, los filtros sanitarios que el gobierno municipal instaló en el mercado de abastos fueron más un acto de propaganda inservible que una medida realmente útil. La salida política de las autoridades ante la emergencia sanitaria fue fácil: culpar y responsabilizar de los contagios al pueblo que acude a trabajar y a comprar al único lugar a donde se lo permite su paupérrima economía.

Según las primeras declaraciones de las autoridades municipales y estatales, el fuego pudo ser a causa de una falla eléctrica o un descuido en trabajos de soldadura.

Pero algo no cuadra en este asunto.

Durante las últimas semanas era evidente la molestia de importantes sectores de la gran burguesía, especialmente de la burguesía compradora (que maneja las grandes cadenas departamentales y de conveniencia) ante la permanencia de labores en la Central de Abastos y otros mercados públicos, no solamente en Oaxaca, sino a nivel nacional.

Mientras la oligarquía financiera y la gran burguesía exigían el rescate inmediato de sus empresas ante el gobierno de la república utilizando toda suerte de chantajes y actos de presión, muchos de los mercados públicos fueron catalogados como “zonas de alto riesgo de contagio”. El argumento de la burguesía era claro: los grandes centros comerciales debían mantener sus ventas, adquirir nuevas compras y todavía pagar salarios, entre un largo etcétera, mientras los mercaditos públicos apenas si pagan licencias o permisos ante las autoridades municipales.

Lo no dicho por las grandes empresas, es que estas poseen grandes almacenes, donde acaparan y embodegan durante largo tiempo una gran cantidad de productos que se “han agotado” en el mercado; el objetivo de esto es generar especulación, es decir: retener su exhibición para que una vez presentada nuevamente ante el público tenga un incremento en el precio de venta.

Ante esta especulación de productos de primera necesidad, los mercados públicos son la única alternativa al alcance de la economía popular. Eso por supuesto a la gran burguesía no le agrada, pues reduce sus ventas potenciales. De ahí que gobiernos locales y estatales comiencen a declarar “zonas de alto riesgo de contagio” a los mercados públicos sin tomar previamente medidas sanitarias que mitiguen los riesgos. Declarar es fácil, resolver es complejo.

Los más interesados en el cierre de los mercados de abastos y los mercados públicos en todo el país son los grandes dueños del dinero y del poder político, que no tienen un interés directo en estos espacios, salvo generar disturbios contra el pueblo desde la lógica de los reaccionarios. ¿Esto nos dice algo?

Es verdad que, en el caso de la Central de Abastos de Oaxaca, algunas uniones de locatarios (las más pequeñas y aisladas) denunciaron oportunamente que no existía ningún protocolo concreto por parte de las autoridades para orientar a los locatarios y mitigar los riesgos. Paralelamente en ese contexto, los grupos organizados (los más grandes y “representativos”) de corte corporativista, gobiernista y reaccionario asumieron como “positivas” las declaraciones de las autoridades llamando a “cerrar las áreas no esenciales”, a cambio de jugosas negociaciones previas realizadas en lo oscurito, con la garantía de que estas organizaciones mantendrían el orden entre los locatarios a base de coacción.

¿Será casual que el incendio haya iniciado en un “área no esencial” y altamente inflamable?

Ante la incapacidad de las autoridades para cumplir los caprichos de la gran burguesía, esta pudiera tener razones de peso para actuar como lo que es: la dueña del dinero y del poder político. Recordemos que el estado es el órgano profesional de la violencia de las clases en el poder contra las clases oprimidas. Recordemos que el estado tiene un aparato legal e ilegal, ambos trabajan para el mismo fin.

Nos solidarizamos con las masas trabajadoras del mercado de abastos de Oaxaca. Responsabilizamos a los distintos niveles de gobierno no solamente por las pérdidas materiales, sino también por las condiciones de salud e higiene en que día con día trabaja la población en los mercados públicos.

El trabajo de los mercados y tianguis debe ser dignificado, los trabajadores que ahí laboran deben gozar también de derechos como salario de garantía y seguridad social.

¡Solidaridad con la Central de Abastos de Oaxaca!
¡Que la crisis económica y de salud la paguen los ricos!

Oaxaca Rebelde.
28 de mayo de 2020