“Los que mueren por la vida, no pueden llamarse
muertos.
Y a partir de este momento es prohibido llorarlos.
Que se callen los redobles en todos los
campanarios, ¡vamos compa, carajo!
Que para amanecer no hacen falta gallinas, sino
cantar de gallos”.
Alí Primera.
Hace un par de
años que nuestro camarada Jorge Alberto Hernández Jiménez fue sembrado en esta
tierra, la misma que tantas veces defendió arengando a la masa de campesinos
pobres.
Jorge amaba la
tierra, se educó como agrónomo para ella, se formó como revolucionario para
defenderla, se templó como comunista para liberarla.
Desde que partió
no hemos dejado de recordarle como lo que fue, un hijo del pueblo, de los
mejores. De los que luchan toda la vida, de los imprescindibles. De esos que desde muy joven deciden dedicar
su vida a la transformación profunda y radical de la sociedad. De aquellos que
sirven al pueblo de todo corazón.
Dirigente
campesino, constructor de la Alianza Campesina Revolucionaria, formador de
nuevos procesos de unidad y lucha clasista.
Brillaste
potente enarbolando el maoísmo. Irradiaste jubiloso con la formación que hoy crece y se fortalece. Levantaste tu infatigable puño junto al
nuestro, anunciando la nueva revolución.
Rojas banderas
se inclinan ante tu memoria, las mismas que te acompañaron toda tu vida,
incluso en el momento de tu siembra para devolverte a la tierra que amaste y
que te verá florecer en medio del mar armado de masas.
¡Camarada Jorge
Alberto Hernández Jiménez, vives en la lucha!
22 de Abril
de 2020
Alianza Campesina Revolucionaria
Corriente del Pueblo Sol Rojo