Los
manifestantes promueven protestas combativas en Colombia. Foto: EPA
Del 21 al 23 de
noviembre, grandes protestas combativas sacudieron a Colombia. El pueblo
colombiano salió a la calle contra el nuevo paquete de medidas económicas
destinadas a aumentar la explotación del pueblo, impuesto por el gobierno de
Iván Duque. Las masas se enfrentaron al aparato represivo del viejo estado,
incluido el ejército y el toque de queda. Una estación de policía fue volada,
vehículos incendiados y docenas de policías heridos.
El paquete
incluye la eliminación del fondo de pensiones del estado de Colpensiones, un aumento en la edad de
jubilación y la contratación de jóvenes con salarios por debajo del mínimo (25%
más bajos). Las medidas aún no han sido lanzadas oficialmente por el gobierno
por temor a la sublevación popular, pero algunos de sus puntos han sido
publicitados por los diputados y personas cercanas al gobierno. Los jóvenes
también requieren más inversión en educación superior.
Las masas
también critican el incumplimiento del gobierno y los paramilitares de los
acuerdos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que
promueven una masacre de quienes dejaron sus armas para "integrarse"
en el podrido sistema político. Las manifestaciones tienen lugar ahora que la
aprobación de Iván Duque es muy baja, llegando a solo el 26%.
Las
masas luchan por sus derechos.
El 23 de
noviembre estuvo marcado por marchas multitudinarias en varias ciudades
colombianas como Suba, Santa Isabel, Cali, Bogotá, entre otras, y por la brutal
represión policial de los Escuadrones Antidisturbios de la Policía Nacional
(Esmad), que atacaron marchas pacíficas con bombas de gas lacrimógeno y balas
de goma.
En la marcha,
los agentes de policía dispararon e hirieron gravemente a un adolescente de 18
años, Dylan Cruz, lo que provocó aún más enojo entre los manifestantes. También
ese día, miles de manifestantes se reunieron por la noche para protestar frente
a la casa de Iván Duque, desafiando el toque de queda que comienza a las 6 de
la tarde.
La multitud sale
a la calle contra la injusticia social. Foto:
AFP
El 22, en Patio
Bonito, donde el ejército se estaba movilizando para implementar el toque de
queda, unos 100 manifestantes se enfrentaron a la Policía Nacional contra la
aplicación del toque de queda. En Usaquén, un gran grupo de personas se
resistió al toque de queda, negándose a salir de las calles, cantando el
eslogan ¡No vayamos!
Además de las
movilizaciones y las marchas multitudinarias en todo el país, los
manifestantes, en respuesta al establecimiento de un régimen de asedio y
medidas de sobreexplotación, explotaron una estación de policía en Santander de
Quilichao, departamento del Cauca. La acción mató a tres policías e hirió a
otros siete.
El 21, en la
ciudad de Suba, los manifestantes, por las mismas razones, promovieron diversas
acciones combativas, como la quema de un auto de policía y la evasión del metro
Transmilenio, así como el daño a los
cajeros automáticos. También ese día, los manifestantes enfrentaron
valientemente y resistieron la represión policial.
En Bogotá, la
Plaza Bolívar se ha convertido en un campo de batalla entre los manifestantes y
las fuerzas de represión. Atacados por los militares, un grupo de manifestantes
intentó incendiar parte del Palacio Liévano, ayuntamiento de la capital
colombiana. Varios periodistas denunciaron golpizas a miembros de la prensa por
parte de agentes de policía ese día.
A pesar de la
brutal represión, la juventud no se retiró. Foto: AFP
En Cali, el
mismo día, los manifestantes se enfrentaron a la policía y derribaron semáforos
y cámaras de tráfico. Se arrojaron piedras a los agentes después de que se
intensificó la represión. Los enfrentamientos en la ciudad dejaron un total de
46 policías y 52 civiles heridos. Así lo informó el mayor general William Ruiz,
coordinador de la Policía Nacional, quien también confirmó que se llevaron a
cabo 56 saqueos en la ciudad, en un contexto de profundo empobrecimiento del
pueblo colombiano.
El 20, en
respuesta al intento del gobierno de eliminar los derechos de las personas, 19
autobuses fueron atacados con piedras y otros elementos en Cali, y cinco
paradas de autobús se vieron afectadas de diferentes maneras en su estructura.
Un total de 125 personas habían sido arrestadas en Cali por violar el toque de
queda decretado entre el 20 y el 21 al amanecer.
Los
estudiantes se enfrentan a la policía en las universidades.
Durante los días
20 y 21, los estudiantes se manifestaron y confrontaron a la policía dentro de
la Universidad de Antioquia (Medellín) y la Universidad Nacional (Bogotá).
El 20, en la
Universidad de Antioquia, las calles que daban acceso a la universidad fueron
cerradas por la Policía Nacional, evitando que los estudiantes protestaran. En
respuesta, los jóvenes arrojaron bombas Molotov y destruyeron cajeros
automáticos en la universidad.
Ya el 21,
estudiantes combativos se enfrentaron a la policía en el campus y otros
estudiantes fueron rodeados dentro de los edificios debido a la represión
policial. Además, los residentes de la Casa de Estudiantes de la universidad
informaron que la policía allanó la escena y arrojó bombas de gas por los
pasillos.
Gobierno
promueve medidas preventivas ante la rebelión popular
El gobierno ha
implementado previamente una serie de medidas para evitar levantamientos
populares en el país. El 19, la policía irrumpió en las casas de los líderes
del movimiento que organizaban manifestaciones en Bogotá, Medellín y Cali.
Los puestos
fronterizos también se cerraron entre Colombia y Venezuela, Brasil, Ecuador y
Perú desde el comienzo del 20 hasta las 5 de la mañana del 22, para
"evitar que los agitadores del exterior perturben el orden público".
Además, se ordenó a las fuerzas militares que fueran barracas del primer
trimestre (alerta máxima) durante la semana.
Los
revolucionarios colombianos tienen graffitis que afirman que la rebelión está
justificada y piden una revolución en el país
Esta semana, en
Bogotá, se vieron varios soldados del ejército armados con rifles en el centro
y algunas avenidas, aunque el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo,
dictaminó que se trataba de una "militarización".
Además, durante
los días de las protestas, el ejército patrullaba diferentes distritos de la
ciudad de Cali durante el toque de queda de la ciudad. Los militares llegaron a
barrios como Valle del Lili, El Caney y La Hacienda, acompañados por la policía
y Esmad. Además, el helicóptero policial sobrevoló el sur de la ciudad como
parte de estas operaciones.
En cuanto a la
"libertad de prensa", el 21, la sala de redacción de la prensa del
Cartel Urbano fue invadida por la policía con el argumento de que los
explosivos y el material impreso fueron "almacenados en sus instalaciones
para causar desorden". Sin embargo, la Press Freedom Foundation (Flip)
dijo que después de tres horas de búsqueda, la policía "no encontró nada
en la sede".
"En otro
evento que pretende censurar, la Policía Nacional exigió a los medios digitales
Cerosetenta que eliminen de su sitio web un manual de autoprotección contra
Esmad", informó Flip.
Un grupo de
indígenas cierra una carretera durante el día de protesta cerca de Caldono, en
el sur de Colombia.
Docenas de
manifestantes son heridos y arrestados por las fuerzas de represión, cientos
detenidos
Justo el 21, el
ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, confirmó que dos personas murieron
en Buenaventura, una en Candelaria. En total, 122 resultaron heridos, 98 fueron
arrestados y 207 más fueron arrestados. Además hubo 53 enfrentamientos
provocados por la Policía Nacional. "En las últimas horas, las autoridades
confirmaron la muerte de dos personas en Buenaventura en medio de disturbios y
una más en Candelaria, ambos municipios del Valle", dijo.
A fines del 21
hubo enfrentamientos entre la fuerza represiva y los manifestantes, que dejaron
122 civiles con heridas leves y 151 policías heridos, según el informe oficial.
También hubo 98 capturados.
Tomado y traducido de: A Nova Democracia (Brasil)
Tomado y traducido de: A Nova Democracia (Brasil)