“Debemos
extirpar de nuestras filas toda idea que sea expresión de flaqueza e
impotencia.
Es erróneo
todo punto de vista que sobreestime la fuerza del enemigo y subestime la del
pueblo”.
-Presidente Mao Tse Tung-
La
situación actual y nuestras tareas
(25 de
diciembre de 1947), Obras Escogidas, t. IV.
Al magisterio democrático de la CNTE
A la base trabajadora magisterial que se organiza y
lucha
A las organizaciones democráticas y revolucionarias
Estamos iniciando el
Paro Nacional Magisterial por acuerdo de las estructuras de dirección nacional de
la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Este Paro, cuyos
objetivos esenciales son la abrogación de la mal llamada “reforma educativa” y contra la represión, se presenta en un
contexto político donde los trabajadores
de la educación desde las bases a nivel nacional –independientemente del
desarrollo desigual de las capacidades de organización y lucha de cada
contingente- tienen la irrenunciable tarea de elevar el perfil de la
movilización misma, rompiendo con el viejo esquema de esperar las
determinaciones de las “vacas sagradas”
o los “sabelotodo de escritorio” que
ni están activos físicamente en el Paro ni coinciden tampoco con el sentir y la
legítima aspiración de la base trabajadora que de Chiapas a Sonora plantea con
fuerza pasar de las consignas de agitación a las consignas para la acción.
Es correcto. La base
trabajadora sabe que no basta luchar desde un perfil eminentemente gremialista
contra la mal llamada “reforma
educativa”, sino que es preciso dotar de un perfil y contenido clasista a
esta gran jornada nacional de lucha como Paro Nacional Magisterial, llamando a
construir la unidad en la acción entre las diversas formaciones del pueblo en
lucha. Esto representa direccionar nuestras consignas y nuestras acciones
contra todo el paquete de reformas (contra-reformas) y el conjunto de políticas
antipopulares del régimen, mismas que durante todo este sexenio que termina nos
fueron impuestas a bayoneta calada de manera literal tras la aprobación de la
Ley de Seguridad Interior que permite dar aplicación sin reservas a las 11
contra-reformas y las diversas leyes que el imperialismo ha dictado desde el congreso
federal en contra del proletariado y los pueblos de México.
Es decir: en lugar
de llamar a luchar solo por la abrogación de la “reforma educativa”, debemos reorientar la consigna por ¡ABAJO LAS POLÍTICAS ANTIPOPULARES DEL
RÉGIMEN!, como consigna para la acción, acompañada de las luchas de los
sectores populares que resisten los embates de estas políticas específicas, buscando
con ello el respaldo y sumatoria cada vez más amplia del pueblo trabajador.
La base también
entiende que la represión ha escalado a la par de la fascistización del
régimen, y por lo mismo ya no se trata solamente de una represión sistemática
contra los elementos más activos en la lucha magisterial, sino de toda una
política de terrorismo de estado, que justamente caracteriza al fascismo y busca
el aislamiento y exterminio del movimiento democrático y revolucionario de la
clase trabajadora, el campesinado pobre y las capas más profundas de la
población. De ello dan cuenta los levantones, las detenciones arbitrarias, los
desplazamientos forzados de pueblos y comunidades enteras, las desapariciones y
asesinatos de activistas y compañeros del movimiento en general. A ese mismo
fin responden los retenes y cercos policiacos, con policías estatales y
federales, que en diversas entidades y la capital del país, pretendían impedir
el arribo de los diversos contingentes de la CNTE en el marco del estallamiento
del Paro Nacional Magisterial y la movilización en la Ciudad de México.
A la par de ello, la
guerra contra el pueblo (organizado y no organizado) continúa en aumento y se
desarrolla desde el aparato oficial y extraoficial de los distintos niveles de
gobierno, particularmente con el fenómeno del narcotráfico y el uso de grupos
parapoliciacos y paramilitares, lo que pone en riesgo cada vez más alto a la
población, constituida principalmente de obreros, empleados, campesinos pobres,
mujeres y jóvenes del pueblo, en fin: las masas populares, a quienes su salario,
su hogar, su trabajo, su tierra, su integridad, su libertad o su vida, les
están siendo arrebatadas ante el caótico escenario que se vive tanto en el
medio urbano como en el medio rural a nivel nacional.
Es decir: en lugar
de llamar a luchar solamente contra la represión que padece el movimiento,
debemos reorientar nuestra consigna por ¡ALTO
AL TERRORISMO DE ESTADO Y LA GUERRA CONTRA EL PUEBLO!, como consigna para
la acción, acompañada de la denuncia y las luchas específicas de cada sector o
referente, buscando con ello atraer a cada vez nuevos y más amplios sectores
del pueblo que están viviendo día a día la violencia creciente por parte del
viejo estado burgués-terrateniente, fascista y enemigo de toda libertad y
derechos del pueblo.
La cereza en el
pastel en todo este contexto es el circo electorero del régimen que ha generado
nuevas y más profundas contradicciones interburguesas, polarizando los campos
entre burguesía compradora y burguesía burocrática, dividiendo también a esta
última y desnudando su alianza con el latifundio. También en este aspecto, la
violencia oficial y extraoficial ha escalado con los asesinatos de candidatos y
operadores de todos los partidos en diversas entidades de la república, observándose de fondo intereses diversos, llámese la
lucha entre grupos criminales antagónicos que tienen cooptadas distintas
estructuras y candidaturas de los partidos de la burguesía, o bien ahí donde el
caciquismo recalcitrante se refleja con mayor fuerza como expresión del
latifundismo.
La gerencia para la
administración del viejo estado está en disputa, y esta vez pareciera que las
partes en pugna no logran conciliar posiciones, por lo que cada una de estas
voltea la mirada hacia su amos imperialistas, buscando sus favores y pidiendo
el veto hacia sus adversarios; algunos con posiciones poco más dramatizadas o
histriónicas que otros, pero todos bajo la misma vocación servil y dependiente
hacia el imperialismo.
Es claro que el
viejo estado sabe que el país huele a pólvora, y no solamente por el aroma que
destila su falsa cruzada contra el crimen organizado o su natural odio de clase
hacia las masas populares, sino principalmente por la agudización de la crisis
del capitalismo burocrático, arrinconando a los explotados y oprimidos ante la disyuntiva
histórica: revolución o barbarie.
Ante este escenario,
el Paro Nacional Magisterial cumple funciones de referente para jalonar y
construir la unidad real, como unidad para el combate, ya no solo del gremio de
los trabajadores de la educación, sino del pueblo trabajador. Por supuesto que
la CNTE tiene la autoridad histórica dentro del movimiento sindical y popular
para convocar a este proceso de unidad en la acción, y justamente por ello, la
base trabajadora debe retomar con firmeza los principios que sustentan al
magisterio democrático, rompiendo con el cretinismo parlamentario y el
colaboracionismo de clase como expresiones del oportunismo, el reformismo y el
revisionismo al interior del movimiento.
Existen claramente
algunos requisitos que nos serán indispensables (tanto al magisterio
democrático como al conjunto del movimiento)
para materializar esta unidad.
·
Construir la unidad
al calor de la lucha misma bajo objetivos en común, lo que permite probar y
valorar la disposición y compromiso de cada formación dentro del proceso.
·
Perfilar esta
unidad más allá de los foros o encuentros amplios del movimiento, sino
principalmente en las calles, permitiendo evaluar sus alcances y cumplimiento
de objetivos a corto y mediano plazo.
·
Desarrollar esta
unidad a la par de la confianza en las fuerzas del movimiento y las fuerzas del
pueblo, haciendo recíproca esta, lo que significa acuerpar a los sectores
populares que hasta el momento no están organizados ni movilizados.
Todo esto nos lo
enseña el Presidente Mao Tse Tung al
hablar sobre los métodos de dirección y la línea de masas que debemos
construir: “resumir las ideas de las
masas y llevarlas luego a las masas para que éstas perseveren en ellas y las
traduzcan en acción, y, de esta manera, formular ideas correctas de dirección”.
En esa tesitura,
pensamos que el Paro Nacional Magisterial es la oportunidad perfecta no para “elevar la interlocución” o “reinstalar la mesa de diálogo al más alto
nivel” (lo cual puede ocurrir o no); sino esencialmente retomar la lucha
contra el régimen, construyendo una auténtica plataforma de unidad política
nacional entre las fuerzas democráticas y revolucionarias del movimiento,
convocando también al pueblo no organizado ni movilizado para ponerlo en
marcha, más allá de las reivindicaciones gremialistas o coyunturales que
pretenden imponernos el reformismo y el oportunismo de todo pelaje.
El porvenir del
movimiento magisterial y del movimiento popular atraviesa por un momento
importante; su reorganización y rearticulación son fundamentales para continuar
la lucha de clases, independientemente del resultado electoral del próximo 1°
de julio (con el que apasionadamente se ilusionan los reformistas). Debemos
recordar desde la base trabajadora, que ningún partido burgués ni ningún
candidato podrán transformar la situación en que nos debatimos las masas
populares explotadas y oprimidas en las ciudades y los campos. ¡Las elecciones no son la solución, la
solución es la revolución! y México requiere una Revolución de Nueva
Democracia que destruya la base material del latifundismo y el capitalismo
burocrático, que rompa las ataduras hacia el imperialismo y que impulse la
Revolución Proletaria construyendo el Socialismo.
En ese sentido, una
vez más el Presidente Mao Tse Tung nos enseña al respecto: “el pueblo, y solo el pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia
mundial”.
¡Viva el Paro Nacional Magisterial!
¡Viva la CNTE!
¡Viva la unidad de las fuerzas democráticas y
revolucionarias del pueblo!
¡Abajo las políticas antipopulares del régimen!
¡Alto al terrorismo de estado y la guerra contra el
pueblo!
¡Ernesto Sernas García, presentación con vida!
¡Con el Sol Rojo, el pueblo vencerá!
¡Que los trabajadores gobiernen la patria!
CORRIENTE DEL PUEBLO SOL ROJO