Roberta Jacobson (embajadora yanqui en México) y Miguel A. Mancera (Jefe de Gobierno de la CDMx en colocación de primera piedra) |
Publicamos este interesante texto que nos envían nuestros compañeros de la organización Brigadas Juveniles del Pueblo, Comité Edith Lagos, de la Ciudad de México.
Ha trascendido en diversos medios
de comunicación que el gobierno imperialista de los Estados Unidos está
iniciando la construcción de una nueva sede de la embajada
norteamericana en territorio mexicano; todo ello con la anuencia y beneplácito
del viejo estado burgués-terrateniente que mantiene una actitud y una política
servicial hacia el imperialismo yanqui que somete y sojuzga a la clase
trabajadora y los pueblos de México.
¿Qué aspectos resultan relevantes
de este hecho?
Primero.- Que la construcción
de la nueva sede de la embajada norteamericana en México se da en una
superficie de 3 hectáreas de terreno en el corazón de la Ciudad de México,
donde el hacinamiento y la falta de vivienda digna para las masas populares tienen
niveles desbordantes, particularmente luego de los sismos del 19 de Septiembre
de 1985 y 2017, respectivamente, que han venido a agudizar la demanda de
vivienda popular, pero también a evidenciar la incapacidad del régimen para
satisfacerla.
Segundo.- Que dicha
construcción tiene un costo total de 900 millones de dólares y solamente se
sabe los nombres de los arquitectos encargados de la obra, ambos de origen
estadounidense, pero nada se sabe acerca de los permisos de obra, legalidad y
viabilidad del predio, permisos y estudios de impacto ambiental, en materia de
protección civil y riesgo estructural (no para el edifico y sus ocupantes, sino
para los vecinos de la zona)etc. y más importante aún, la opinión informada y
consultada de la población de la Delegación Miguel Hidalgo donde estará ubicada
la nueva embajada.
De esto se desprenden lógicamente
toda una serie de inconformidades sociales y políticas absolutamente
justificadas.
Socialmente surgen dudas
respecto a la seguridad de la población, pues la nueva sede de la embajada
yanqui genera mayores riesgos de violencia y robos en la zona. Así mismo el
suministro y regularidad de los servicios públicos como el agua potable,
energía eléctrica, drenaje, recolección de basura, etc. que tanto carece la
población de la Ciudad de México tienden necesariamente a problematizarse aún
más, pues es de entender que el gobierno servil de la CDMx dará prioridad a sus
amos imperialistas que a los propios colonos de la Ciudad.
Esto genera otra pregunta ¿No hacen más falta en la Ciudad instituciones públicas de salud o educativas que realmente beneficien al pueblo?
Políticamente es claro que la
bestia yanqui imperialista viene a construir esta nueva sede de su embajada en
un contexto de absoluta dependencia y servilismo por parte del gobierno
mexicano, y en donde todas y cada una de las políticas dictadas por los
organismos económicos internacionales del imperialismo se han estado aplicando
al pie de la letra bajo el espectro de las llamadas “reformas estructurales”,
(contra-reformas en realidad), principalmente aquellas que atentan directamente
contra la clase obrera y los pueblos de México, y que desmantelan los derechos
populares.
De igual forma la construcción
de esta nueva sede de la embajada yanqui, acentúa el carácter semi-colonial de
México y el servilismo del viejo estado, mientras paralelamente el Congreso
gringo y Trump discuten la nueva política migratoria (en realidad la misma de
siempre) hacia los trabajadores mexicanos y sus hijos (ahora llamados “dreamers”)
con absoluto desinterés y desprecio hacia la vida y los derechos de los
trabajadores migrantes con un riesgo de deportación masiva de manera legal -aunque
de facto esta nunca ha parado- así como también la construcción del muro (el
cual de hecho existe y se construye desde hace muchas administraciones al
frente del gobierno norteamericano, aunque ahora se proponga de forma poco más
agresiva) como parte de la política imperialista y de odio hacia los
trabajadores latinoamericanos migrantes.
Evidentemente la nueva sede de
la embajada gringa representa así mismo un nuevo flagelo a la presunta “soberanía nacional” puesto que es claro
que el intervencionismo norteamericano hacia México no solo se reforzará en su “diplomacia”,
sino principalmente en el terreno militar para garantizar la inversión yanqui
en territorio nacional justamente con la manga ancha que le conferirán las
llamadas Zonas Económicas Especiales, la Ley General sobre Biodiversidad y las
revisiones al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), así como la “asesoría y asistencia”
tecnológica y militar con la implementación de la Ley de Seguridad Interior.
¿De qué carajos les sirve al
proletariado y al pueblo de México la construcción de esta nueva sede de la
embajada yanqui?
¡Absolutamente de nada!
Y sin lugar a dudas las
muestras de repudio que desde siempre han mostrado la clase obrera, la
juventud, el magisterio democrático, el sindicalismo independiente y los pueblos originarios en las sedes de Niza #53 y
Avenida Paseo de la Reforma, se verán reforzadas en lo que los gobiernos
mexicano y estadounidense pretenden sea la tercera sede de la embajada yanqui
en suelo mexicano en la Colonia Irrigación (ahora rebautizada como “Nuevo
Polanco”)… claro, si antes las masas populares no dan otro uso a estas tres hectáreas
que tanta falta hacen a los pobres de la ciudad, máxime después del último
terremoto.
¡Yanqui go home!
BRIGADAS JUVENILES DEL PUEBLO
Comité Edith Lagos
CDMx