¡No hay más ruta que la nuestra!
El pasado domingo 14 de Enero
en la Ciudad de Oaxaca se realizó nuestra Asamblea Estatal de inicios de año
con la cual, las delegadas y los delegados SolRojistas provenientes de
diferentes regiones del estado, hemos pasado revista a nuestras filas y el
desempeño de nuestras tareas, con la lectura y análisis del Informe-Balance
del 2017, la aprobación de nuestro Plan
Estatal de Trabajo 2018, así como en el análisis y caracterización de la
situación internacional, nacional y estatal, en donde se desarrolla pujante la
lucha de clases y de lo cual hemos resaltado:
México atraviesa la
profundización de la crisis del viejo estado burgués-terrateniente, que es
precisamente crisis del capitalismo burocrático y los latifundios, acompañada
de la crisis general del imperialismo que se desarrolla a escala internacional.
Lo anterior se explica de la siguiente forma:
a) La crisis del capitalismo burocrático está
caracterizada por la cada vez más creciente supeditación de la economía, la
industria, la producción, la distribución y comercialización de las mercancías
a los intereses internacionales de la oligarquía financiera. Crisis que no solo
implica el desmantelamiento de la industria nacional o la supeditación de la
soberanía nacional, sino también la destrucción de las fuerzas productivas
materiales (baja de salarios, desempleo, sub-empleo, etc.) y la súper
explotación de la fuerza de trabajo del proletariado y las masas populares. Los
ejemplos más recientes: los gasolinazos, el aumento de precios en artículos de
la canasta básica, principalmente de la tortilla, el aumento en el costo del
Gas L.P., la luz, el agua, y el costo de la vida en general, así como el paro
forzado, el estancamiento y la reducción
salarial.
b) La crisis de los latifundios se expresa en la
necesidad que enfrentan éstos para subsistir, chupando la sangre y el sudor de
millones de campesinos pobres y jornaleros agrícolas, (además de pescadores
arruinados, ganaderos empobrecidos y otro tipo de pequeños productores del
medio rural) donde los latifundistas, asociados y disfrazados también de
grandes agroindustrias nacionales, en colusión con las grandes compañías
transnacionales del imperialismo, imponen megaproyectos de despojo de tierras y
territorios contra comunidades rurales y pueblos originarios, volviendo a poner
sobre la mesa el problema de la tenencia de la tierra, declarando la guerra
contra los ejidos y comunidades indígenas que se mantienen en heroica resistencia
para la defensa de la propiedad social de esta.
c) La crisis general del imperialismo, siguiendo
la continuidad de los acontecimientos que se desarrollan a nivel internacional,
como en Oriente Medio con las guerras de ocupación contra los pueblos para el
nuevo reparto de sus riquezas naturales (como petróleo y minerales), o la
polarización de contradicciones inter-imperialistas como ocurre al interior de
la Unión Europea con la salida de Gran Bretaña de dicho bloque y la oleada de
otras burguesías criollas (como la Catalana) que reivindican procesos
“independentistas” que en realidad no plantean un nuevo proyecto de
nación-sociedad ni la libre determinación de los pueblos, sino simplemente un
reacomodo en las fuerzas internas del imperialismo. Otro tanto puede decirse de
la instalación del gobierno fascista de Kiev, Ucrania, respondiendo al más
oscuro interés de las contradicciones inter-imperialistas. Estos y otros
escenarios se suman a la llegada de Donald Trump al frente del gobierno de los
Estados Unidos de América, la cual responde más bien a un interés internacional
del imperialismo Yanqui para reagrupar fuerzas alrededor suyo y prepararse para
una nueva y más peligrosa conflagración internacional entre las potencias
imperialistas que aún hasta este momento no ha pasado de declaraciones
belicistas, ejercicios militares y pruebas nucleares, además de guerras de
ocupación y acciones militares encubiertas como guerras de nueva generación
(con carácter transitorio que tarde o temprano habrán de trascender a guerras
de gran escala) en territorios en disputa con el envío de “tropas de paz” como
las de la OTAN o la ONU en Asia, África e incluso en regiones específicas de
América Latina o Europa del Este.
Es claro que México está
sujeto en todo este escenario internacional de crisis general del imperialismo
por el papel que ocupa en su cadena de producción-dominación, lo cual determina
su carácter semi-colonial.
En lo concreto la imposición
del gobierno títere y fascista de Enrique Peña Nieto no se da de forma aislada,
sino en perfecta concatenación dentro del proceso de endurecimiento del régimen
donde el fascismo ha ido tomando las principales posiciones y mayorías tanto en
el llamado “Congreso de la Unión”, como en la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, además de los poderes en el ámbito de los diferentes estados de la
república y los organismos descentralizados de “derechos humanos” y los propios
partidos de “oposición”.
En ese sentido, la aprobación
de todo un mega paquete de reformas y contra-reformas antipopulares durante los
últimos cinco años, además del aumento de la represión y la guerra contra el
pueblo, la cual tiende a profundizarse con la imposición de la Ley de Seguridad
Interior, viene a demostrar –una vez más- que en el México que vivimos, las
alternativas para un cambio democrático por métodos pacíficos y electorales ha
sido cancelada por la gran burguesía, acomodando cada una de las caretas del
viejo estado a su perpetua y absoluta conveniencia.
Así, la crisis económica que
vive México se ve agravada con la crisis política del régimen, donde todos los
personeros de éste, todos los partidos, todas las instituciones, todas sus
políticas, todas sus falsas propuestas de mejoramiento en las condiciones de
vida y trabajo, chocan justamente con la realidad que vivimos millones de
obreros, campesinos pobres y el conjunto de las masas populares, generalizando
el hartazgo y las ganas de luchar entre la población, estallando brotes de
inconformidad y resistencia ya en una ciudad, ya en una población, ya en un
sector de la producción, ya entre la juventud estudiantil, o por donde quiera,
demostrando que ante esta crisis cada vez más profunda e insoportable, ¡la
rebelión se justifica!
Ante esta situación, reflejada
también en el contexto político de Oaxaca con la reciente declaratoria de las
Zonas Económicas Especiales, la imposición de mega-proyectos de despojo y
saqueo en los territorios ancestrales de nuestros pueblos, la instalación de
bases y complejos tecnológico-militares como parte del cerco represivo que se
tiende contra las masas empobrecidas que se oponen a todas estas políticas,
particularmente en el campo donde la rebelión palpita inagotablemente contra el
viejo estado burgués-terrateniente y el imperialismo, tenemos perfectamente
claro que la etapa actual de la lucha de clases no puede diluirse en vanas
ilusiones electoreras y reformistas, por ser estas expresiones del oportunismo
que legitiman al viejo estado, arrojando tierra a los ojos del pueblo
trabajador.
Por ello, nuestra Asamblea
Estatal ha resuelto:
I.- Mantener la lucha política
de nuestra organización al frente de cada batalla, con nuestras consignas y
reivindicaciones específicas, sin traficar los principios ideológicos que las sostienen.
II.- Trabajar por consolidar
la ruta hacia nuestra Conferencia Nacional, donde estaremos desarrollando el
debate ideológico y político por construir la organización
democrática-revolucionaria de las masas populares a nivel nacional, ¡Por
una línea clasista al interior del movimiento popular!
III.- En cuanto al proceso
electoral en puerta, que finalmente sirve para legitimar al régimen,
manifestamos nuestro rechazo a establecer cualquier alianza, cualquier pacto,
cualquier participación y cualquier tipo de apoyo hacia cualquier partido de la
burguesía, cualquier candidato y cualquier plataforma electorera, por ser todas
ajenas al pueblo trabajador.
IV.- En ese sentido, nuestra
actitud ante el proceso electoral se centrará en la Campaña: ¡No votar,
organizarse y luchar! La cual tendrá diversas expresiones y maneras de
ser aplicada según las condiciones específicas de cada contingente, cada sector
y cada localidad de nuestra organización, en coordinación con otras formaciones
revolucionarias que como la nuestra consideran que las elecciones no son la
solución, ¡la solución es la revolución!
V.- Hacer un amplio llamado a
la clase obrera y los pueblos de Oaxaca y México para atender las grandes
tareas que reclama la lucha de clases para la transformación profunda y radical
de la sociedad. Será la unidad en la acción la que determine el éxito de
nuestras luchas bajo ejes en común, que permitan madurar la unidad programática
de los trabajadores y los pueblos por la revolución y el socialismo.
¡No hay más ruta que la nuestra!
¡Libertad a l@s pres@s polític@s del país!
¡Presentación con vida de l@s desaparecid@s!
¡Justicia
para Atenco, Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingan, Nochixtlan y La Concepción!
¡Alto al terrorismo de estado!
¡Detengamos la guerra contra el pueblo!
¡Abajo la Ley de Seguridad Interior!
¡Abajo las políticas antipopulares del
régimen!
¡Cumplimiento a las Medidas Cautelares de San
Miguel Copala!
¡Cancelación de la Sub-Estación
Eléctrica-Militar de SEDENA en San Blas Atempa!
¡Alto al despojo de tierras ejidales y
comunales!
¡Hacia nuestra Conferencia Nacional!
¡Con el Sol Rojo, el pueblo vencerá!
¡Que los trabajadores gobiernen la patria!
CORRIENTE DEL PUEBLO SOL ROJO
ASAMBLEA ESTATAL