So pretexto de inaugurar el hoy llamado Centro Cultural y de
Convenciones de Oaxaca, se tiene contemplado realizar el XXIV Congreso
del Consejo Empresarial de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología
(COMCE) el día de hoy, Jueves 7 de Septiembre de 2017 en Santa Lucía del
Camino, Oaxaca, a donde asistirán el fascista Enrique Peña Nieto y
diversas delegaciones internacionales del imperialismo, cuya verdadera
intención no es “hablar de comercio exterior y competitividad” como
dicen los medios de comunicación al servicio del viejo estado, sino
profundizar el despojo de tierras, territorios y recursos naturales de
las comunidades rurales y los pueblos originarios que están siendo
afectados con el programa denominado: “Zonas Económicas Especiales”,
dictado por el Banco Mundial y demás organismos económicos del
imperialismo.
No podía ser de otra manera. El imperialismo internacional, particularmente el estadounidense, tiene la más clara intensión de profundizar su extensión de dominio en sus diversas áreas de influencia, donde la coexistencia de diversos países e incluso de las súper potencias imperialistas (EE.UU. y Alemania) no es un asunto de “desarrollo y competitividad”, sino de cierta tolerancia aún necesaria entre sí (en determinadas regiones como América Latina) misma que también tiende a agotarse en la perspectiva de un nuevo reparto del mundo por medio de la guerra de rapiña como institución del imperialismo, justo como se viene confirmando en regiones de Asia y Europa.
Sería un error pensar en política desde una perspectiva patriotera o meramente local, como ocurre con los diversos sectores del oportunismo al interior del movimiento que aseguran que Peña es un “traidor al pueblo de México” o que “viene a Oaxaca por una cuestión de orgullo anti-magisterial ya que fue declarado persona Non Grata por el movimiento”.
Al respecto consideramos necesario aclarar algunos puntos que permitan al proletariado y las masas populares sacudirse el polvo de los ojos desde un análisis clasista:
I. Enrique Peña Nieto, surgido de las capas aristocráticas, herencia del PRI en el Estado de México (Grupo Atlacomulco), durante el desarrollo de su carrera política, ha logrado conjuntar los intereses de clase de las distintas fracciones de las clases parasitarias (burguesía compradora, burguesía burocrática, latifundistas y oligarquía financiera) quienes finalmente lo impusieron como presidente de la república en medio de un gran descontento social tras su historial represivo en contra de las masas populares cuando fue gobernador del Estado de México (como ocurrió en San Salvador Atenco) y el fraude electoral que le llevó al poder.
II. Visto lo anterior y tomando en cuenta que México no es un país “unificado e indivisible”, sino que se encuentra precisamente dividido en dos grandes clases sociales: burguesía y proletariado, existiendo también diversas clases y capas sociales (opresoras y oprimidas) entre las cuales se desarrolla una enconada e ininterrumpida lucha de clases, debemos enfatizar que Peña Nieto no es ningún “traidor al pueblo de México”, sino un fiel sirviente del imperialismo y las distintas fracciones de la burguesía que lo han llevado a ocupar el lugar que hoy ostenta al frente del aparato del viejo estado; por lo cual, el seguir insistiendo que “ha traicionado a los mexicanos” solo contribuye a confundir a las masas populares con el discurso bonachón del reformismo y los socialdemócratas que habla de la existencia de “políticos buenos y políticos malos”. ¡Todos los políticos surgidos de la burguesía y sus partidos electoreros son malos para las masas populares, incluido López Obrador y su espantajo llamado MORENA, mientras que toda política surgida desde la clase obrera y el pueblo trabajador tendiente a la ruptura contra el régimen por medio de la insurrección de las masas es buena para los explotados y oprimidos!
III. No deja de ser un error pensar con soberbia miope o gremialista que Peña viene a Oaxaca a ajustar cuentas a los oaxaqueños o a burlarse simplemente de ellos o de determinado sector del movimiento. Peña visita Oaxaca acompañado de sus amos imperialistas como parte de toda una agenda económica que no solo busca reafirmar la imposición de las reformas estructurales (incluida la educativa por supuesto), sino principalmente para ratificar las pretensiones del imperialismo respecto a la tenencia de la tierra que es, en términos económicos, el principal objetivo del régimen en estos momentos, lo que representa el desmantelamiento de la propiedad social de la tierra para imponer los mega proyectos del imperialismo y reforzar el poder de los latifundios como primera columna de choque de las clases parasitarias contra las masas populares.
El viejo estado entiende la necesidad también de dar una demostración de fuerza ante sus opositores, y para ese fin ha montado todo un dispositivo policíaco-militar, que cuenta con la coordinación operativa de los servicios del estado mayor presidencial y diversas áreas de inteligencia (seguramente también de grupos de infiltrados). De igual manera entiende la inevitabilidad de la protesta y el repudio social hacia la visita del fascista Enrique Peña Nieto; y seguramente las distintas fracciones de la burguesía tienen un cálculo político al respecto compartido con sus amos, sino ¿Para qué desgastarse en un despliegue de fuerzas para un estéticamente innecesario recorrido en vehículo y a pie por diversas partes de la Ciudad de Oaxaca y municipios conurbados?
¿Es en sí una provocación de Peña o un acto propagandístico de carácter internacional, donde los imperialistas dicen: pese a todo, Oaxaca está uncida al carruaje?
La actitud del movimiento obrero y popular es correcta al manifestar el repudio hacia la visita de Peña Nieto, siempre que este repudio vaya acompañado también de la más enérgica lucha contra el imperialismo y todos sus secuaces (incluido el oportunismo, el reformismo y el revisionismo), proyectando la organización y la lucha de masas no desde una visión cortoplacista o coyuntural de atender las luchas según el calendario , sino de forma tal que el movimiento se consolide entre los diversos sectores en la perspectiva de la formación de un auténtico Frente Único de los Trabajadores y los Pueblos contra el Capital y el Imperialismo en función de la toma del poder, de lo contrario, todo lo demás será mera ilusión.
¡Repudio total al fascista Enrique Peña Nieto y sus amos imperialistas!
¡No al despojo de tierras y al desplazamiento forzado de pueblos!
¡No a los mega proyectos del imperialismo!
¡Abajo las reformas estructurales del régimen!
¡Presentación con vida de los desaparecidos!
¡Libertad a los presos políticos!
¡Los masacrados serán vengados!
No podía ser de otra manera. El imperialismo internacional, particularmente el estadounidense, tiene la más clara intensión de profundizar su extensión de dominio en sus diversas áreas de influencia, donde la coexistencia de diversos países e incluso de las súper potencias imperialistas (EE.UU. y Alemania) no es un asunto de “desarrollo y competitividad”, sino de cierta tolerancia aún necesaria entre sí (en determinadas regiones como América Latina) misma que también tiende a agotarse en la perspectiva de un nuevo reparto del mundo por medio de la guerra de rapiña como institución del imperialismo, justo como se viene confirmando en regiones de Asia y Europa.
Sería un error pensar en política desde una perspectiva patriotera o meramente local, como ocurre con los diversos sectores del oportunismo al interior del movimiento que aseguran que Peña es un “traidor al pueblo de México” o que “viene a Oaxaca por una cuestión de orgullo anti-magisterial ya que fue declarado persona Non Grata por el movimiento”.
Al respecto consideramos necesario aclarar algunos puntos que permitan al proletariado y las masas populares sacudirse el polvo de los ojos desde un análisis clasista:
I. Enrique Peña Nieto, surgido de las capas aristocráticas, herencia del PRI en el Estado de México (Grupo Atlacomulco), durante el desarrollo de su carrera política, ha logrado conjuntar los intereses de clase de las distintas fracciones de las clases parasitarias (burguesía compradora, burguesía burocrática, latifundistas y oligarquía financiera) quienes finalmente lo impusieron como presidente de la república en medio de un gran descontento social tras su historial represivo en contra de las masas populares cuando fue gobernador del Estado de México (como ocurrió en San Salvador Atenco) y el fraude electoral que le llevó al poder.
II. Visto lo anterior y tomando en cuenta que México no es un país “unificado e indivisible”, sino que se encuentra precisamente dividido en dos grandes clases sociales: burguesía y proletariado, existiendo también diversas clases y capas sociales (opresoras y oprimidas) entre las cuales se desarrolla una enconada e ininterrumpida lucha de clases, debemos enfatizar que Peña Nieto no es ningún “traidor al pueblo de México”, sino un fiel sirviente del imperialismo y las distintas fracciones de la burguesía que lo han llevado a ocupar el lugar que hoy ostenta al frente del aparato del viejo estado; por lo cual, el seguir insistiendo que “ha traicionado a los mexicanos” solo contribuye a confundir a las masas populares con el discurso bonachón del reformismo y los socialdemócratas que habla de la existencia de “políticos buenos y políticos malos”. ¡Todos los políticos surgidos de la burguesía y sus partidos electoreros son malos para las masas populares, incluido López Obrador y su espantajo llamado MORENA, mientras que toda política surgida desde la clase obrera y el pueblo trabajador tendiente a la ruptura contra el régimen por medio de la insurrección de las masas es buena para los explotados y oprimidos!
III. No deja de ser un error pensar con soberbia miope o gremialista que Peña viene a Oaxaca a ajustar cuentas a los oaxaqueños o a burlarse simplemente de ellos o de determinado sector del movimiento. Peña visita Oaxaca acompañado de sus amos imperialistas como parte de toda una agenda económica que no solo busca reafirmar la imposición de las reformas estructurales (incluida la educativa por supuesto), sino principalmente para ratificar las pretensiones del imperialismo respecto a la tenencia de la tierra que es, en términos económicos, el principal objetivo del régimen en estos momentos, lo que representa el desmantelamiento de la propiedad social de la tierra para imponer los mega proyectos del imperialismo y reforzar el poder de los latifundios como primera columna de choque de las clases parasitarias contra las masas populares.
El viejo estado entiende la necesidad también de dar una demostración de fuerza ante sus opositores, y para ese fin ha montado todo un dispositivo policíaco-militar, que cuenta con la coordinación operativa de los servicios del estado mayor presidencial y diversas áreas de inteligencia (seguramente también de grupos de infiltrados). De igual manera entiende la inevitabilidad de la protesta y el repudio social hacia la visita del fascista Enrique Peña Nieto; y seguramente las distintas fracciones de la burguesía tienen un cálculo político al respecto compartido con sus amos, sino ¿Para qué desgastarse en un despliegue de fuerzas para un estéticamente innecesario recorrido en vehículo y a pie por diversas partes de la Ciudad de Oaxaca y municipios conurbados?
¿Es en sí una provocación de Peña o un acto propagandístico de carácter internacional, donde los imperialistas dicen: pese a todo, Oaxaca está uncida al carruaje?
La actitud del movimiento obrero y popular es correcta al manifestar el repudio hacia la visita de Peña Nieto, siempre que este repudio vaya acompañado también de la más enérgica lucha contra el imperialismo y todos sus secuaces (incluido el oportunismo, el reformismo y el revisionismo), proyectando la organización y la lucha de masas no desde una visión cortoplacista o coyuntural de atender las luchas según el calendario , sino de forma tal que el movimiento se consolide entre los diversos sectores en la perspectiva de la formación de un auténtico Frente Único de los Trabajadores y los Pueblos contra el Capital y el Imperialismo en función de la toma del poder, de lo contrario, todo lo demás será mera ilusión.
¡Repudio total al fascista Enrique Peña Nieto y sus amos imperialistas!
¡No al despojo de tierras y al desplazamiento forzado de pueblos!
¡No a los mega proyectos del imperialismo!
¡Abajo las reformas estructurales del régimen!
¡Presentación con vida de los desaparecidos!
¡Libertad a los presos políticos!
¡Los masacrados serán vengados!
¡Salvo el poder, todo es ilusión!
¡Somos la chispa que enciende la pradera!
¡Con el Sol Rojo, el pueblo vencerá!
¡Que los trabajadores gobiernen la patria!
¡Somos la chispa que enciende la pradera!
¡Con el Sol Rojo, el pueblo vencerá!
¡Que los trabajadores gobiernen la patria!
CORRIENTE DEL PUEBLO SOL ROJO
SEPTIEMBRE 7 DE 2017
SEPTIEMBRE 7 DE 2017