Muere Mijaíl Gorbachov, enemigo del pueblo soviético y del proletariado mundial

 

Mijaíl Gorbachov y George Bush, enemigos históricos del proletariado mundial. Foto: AP


Publicado por A Nova Democracia

El 30 de agosto murió el reaccionario Mijaíl Gorbachov. Exlíder revisionista de la Unión Soviética social imperialista, Gorbachov fue el responsable de la liberalización de la economía capitalista de estado en la URSS –como una forma de tratar de detener su bancarrota–, con la aplicación de medidas conocidas como “Perestroika” (reestructuración) y “Glásnost” (apertura), y por la disolución de la URSS. Su plan era desatar, convergiendo con el imperialismo yanqui y toda la reacción mundial, una ofensiva contrarrevolucionaria arrojando al lodo el nombre del comunismo, de la gran patria socialista que había sido la URSS, esparciendo a los cuatro vientos que “el capitalismo le ganó al comunismo”, que “murió el comunismo”, que terminó la “Guerra Fría” y que se abrió una era de paz mundial, garantizada por el dominio del imperialismo yanqui sobre el mundo. Gorbachov pasó para el resto de la historia como un verdadero enemigo del pueblo soviético y del proletariado mundial.

Apenas se propago la noticia de la muerte de este descarado reaccionario, los monopolios de la prensa – portavoces de la burguesía imperialista – como las instituciones y líderes del imperialismo, se apresuraron a elevar el “legado” de Gorbachov y su papel como “líder de la Paz mundial". El imperialista Joe Biden, presidente de los Estados Unidos (EEUU), afirmó que “Gorbachov fue un hombre de notable visión”, un “líder excepcional” y “que creía en la Glásnost y la Perestroika no solo como consignas”. El presidente reaccionario francés Emmanuel Macron se refirió al revisionista soviético como un “hombre de paz”. El ex primer ministro británico, Boris Johnson, expresó su admiración por el liderazgo de Gorbachov durante la "guerra fría". El Papa Francisco, responsable de encubrir los crímenes de los torturadores del régimen militar en Argentina, expresó sus condolencias a quienes ven a Gorbachov como un “estadista respetado” y expresó su admiración por el “compromiso visionario [de Gorbachov] con la armonía y la fraternidad entre las naciones”. Finalmente, el líder del órgano imperialista yanqui Naciones Unidas (ONU), António Guterres, declaró que estaba “profundamente entristecido” y que Gorbachov era un “político único”, un “líder mundial imponente, un multilateralista comprometido y un incansable admirador de la paz”.

De la lista de individuos que defienden a Gorbachov como un “líder de la paz mundial”, siendo todos líderes de naciones imperialistas que promueven la explotación brutal, la guerra y el terror contra los pueblos oprimidos, uno puede fácilmente concluir qué papel desempeñó este impostor en la historia.

Los imperialistas ignoran -o al menos olvidan mencionar- el papel de Gorbachov como partidario de la “guerra contra el terror”, estrategia depredadora del imperialismo yanqui dirigida contra los pueblos oprimidos del mundo, responsable de la muerte de cientos de miles de masas habitantes del Medio Oriente. Lo que realmente celebran de la vida de Gorbachov fue su papel sucio, participando en la ofensiva contrarrevolucionaria general y por jactarse, desde todos los rincones, como último líder de la URSS (que ya no era socialista), de que el comunismo ya no había respondido a las necesidades del mundo.

APROVECHAN LA MUERTE DE UN IMPOSTOR PARA ATACAR AL SOCIALISMO

Todos los principales periódicos de las naciones imperialistas aprovecharon la oportunidad para calumniar la dictadura del proletariado y la URSS como un reino de terror policial y persecución indiscriminada; además de ridiculizar al camarada Stalin como un dictador sanguinario y al socialismo como pobreza para todos.

Cuando la URSS era una nación socialista, dirigida por el proletariado, y el Partido Comunista de la Unión Soviética seguía la línea de Lenin y Stalin – por lo tanto, antes del golpe revisionista de 1956 – la URSS promovió el desarrollo y la prosperidad como nunca antes se había promovido para las masas tan amplias y profundas del pueblo.


LA CONSTRUCCIÓN SOCIALISTA EN EL CAMPO

 

Los campesinos votan para formar una granja colectiva. Foto: Arkady Shishkin/МАММ/МDF/russiainphoto.ru

 

Antes de la revolución, la concentración de la tierra en Rusia alcanzaba tasas enormes y la situación de los campesinos era de miseria y endeudamiento. Mientras 28.000 terratenientes poseían 67,5 millones de hectáreas de tierra, más de 10 millones de campesinos compartían aproximadamente 80.000 hectáreas. En el 65% de los casos, los campesinos eran pobres, el 34% de ellos no contaba con maquinaria agrícola y el 30% no poseía caballos. Según Emile Dillon, quien visitó el campo ruso antes de la Revolución, “los campesinos rusos se acuestan a las seis o incluso a las cinco durante el invierno porque no pueden comprar aceite para relajarse. No tiene carne, huevos, mantequilla, leche, muchas veces ni siquiera repollo, vive principalmente de pan negro y papas. ¿Viven? Languidecen con una cantidad insuficiente de comida”.

Después de la revolución, los terratenientes fueron expropiados y la tierra se distribuyó entre los campesinos pobres y medios. Liderados por el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y educados en la nueva sociedad, bajo un nuevo régimen de producción, los campesinos comenzaron a producir de forma cada vez más colectiva, hasta llegar a los koljoses y sovjoses, colectivos de producción. Los koljoses y sovjoses comenzaron a expandirse alrededor de 1927, después de diez años de lucha de Stalin contra las facciones de Bujarin en el PCUS, que abogaban por la expansión y fomento de las propiedades individuales para los campesinos medios y ricos. En ese año, Stalin aceleró la industrialización del país hacia la producción de maquinaria industrial para incrementar la producción de los koljoses. Como resultado, el número de familias campesinas organizadas en este tipo de propiedad saltó de 286.000 en octubre de 1927 a 1 millón en junio de 1929. En el plan quinquenal establecido por el PCUS en 1929, se preveía que en 1932-33, el 10% de las familias campesinas se habrían organizado en koljoses. En febrero de 1930, el 31,7% de estas familias ya se habían incorporado a las propiedades colectivas. La colectivización, en gran escala impulsada por las masas más profundas del campesinado avanzaba a grandes saltos. Para junio de 1936, la colectivización había llegado al 90,3% de las familias campesinas. Además, cada familia tenía derecho a su propiedad individual, en la que podían tener tres animales grandes, diez carneros y ovejas, una cerda con crías y un número ilimitado de aves y conejos.

La colectivización e industrialización del campo fueron responsables de un aumento de la producción sumamente expresivo. La inversión en agricultura aumentó de 379 millones de rublos en 1928 a casi 5 mil millones de rublos en 1935. Antes de la colectivización, la cosecha de cereales era de alrededor de 71,7 millones de toneladas por año. En 1935, esa tasa llegó a 90,1 millones. Cinco años después, la producción fue de 118,8 millones de toneladas de cereales.

 

Mujer campesina celebra la cosecha de cereales en kolkhoz. Foto: Iván Chaguín

 

La industrialización del campo -con mayor productividad y menor esfuerzo- permitió a los campesinos dedicar más tiempo a actividades intelectuales y de ocio. La mejora de la vida también formaba parte de las directivas del Comité Central del PCUS, que afirmaba que “la construcción de koljoses es imposible sin la consiguiente mejora de los estándares culturales del pueblo koljosiano”. Así, la disminución de la jornada laboral junto con la estructura que el Estado Socialista Soviético le dio al interior del país (escuelas, cursos por correspondencia, jardines de infancia, teatros, cines, bibliotecas, estaciones de radio) elevaron significativamente la calidad de vida de los campesinos soviéticos anteriormente sometidos a la brutalidad feudal de los grandes terratenientes. Los campesinos, que pronto se dieron cuenta de las ventajas del nuevo régimen económico, comenzaron a defenderlo con uñas y dientes. El economista francés Charles Bettelheim informa que, durante la ocupación de las tropas alemanas nazis en los territorios soviéticos, los campesinos lucharon valientemente para mantener el modelo de producción koljosiano. El soviético Alexander Zinoviév, a pesar de ser el opositor de Stalin, no pudo evitar afirmar que, cada vez que preguntaba a los campesinos si volverían al modelo de producción individual, todos respondían con una "negativa categórica".

LA INDUSTRIALIZACIÓN HEROICA DE STALIN

 

Construcción de una planta hidroeléctrica en Ucrania, 1932.

 

La construcción socialista no solo tuvo lugar en el campo, donde los campesinos lograron tasas récord de cosecha. También en las ciudades, la Unión Soviética de Stalin, apoyada por las amplias masas del pueblo, hizo avanzar la industria y la prosperidad de los trabajadores de una manera nunca antes vista. Rusia, siendo antes un país semifeudal y desindustrializado, se transformó en unas pocas décadas en la Unión Soviética industrializada. Anna Louise Strong, una periodista estadounidense que trabajaba para el periódico soviético Noticias de Moscú, afirmó que "nunca en toda la historia se había progresado tan rápido".

Los preparativos para la industrialización se llevaron a cabo con la campaña para aumentar el número de miembros del PCUS, especialmente de origen obrero. La campaña condujo a un aumento de alrededor de 3.700 miembros entre 1928 y 1930, mientras que el porcentaje de miembros de clase trabajadora aumentó del 57% al 65% durante el mismo período.

El intelectual Emile Dillon, que no simpatizaba mucho con los bolcheviques, decía: “En todas partes la gente piensa, trabaja, organiza, hace descubrimientos científicos e industriales. De hecho, no es una nación, en el sentido del viejo mundo, sino un pueblo fuerte y cimentado. Los bolcheviques han logrado mucho más de lo que afirmaban y más de lo que parecía alcanzable por cualquier organización humana en las difíciles condiciones en las que han operado”.

En 1920 Lenin había propuesto un plan general para la electrificación del país. En 15 años, el país deberá construir alrededor de 30 centrales eléctricas con una capacidad de 1,75 millones de kWh, según el plan del jefe de la Revolución de Octubre. Bajo la dirección de Stalin, la URSS alcanzó, en 1935, una potencia de 4,07 millones de kWh.

 

La dirección de Stalin fue fundamental en la heroica industrialización soviética. Foto: reproducción

 

El trabajo voluntario y consciente realizado por estudiantes, profesores y empleados que, movidos por el entusiasmo de construir una nueva sociedad y no por trabajar al servicio de un explorador, dedicaron sus días libres al trabajo no calificado en las fábricas. John Scott, un ingeniero estadounidense que trabajó en la Unión Soviética, atribuyó la responsabilidad de este desarrollo “a la sagacidad política de Stalin, su perseverancia y tenacidad” que, luchando contra las posiciones revisionistas de Bujarin -que defendía la importación de mercancías- y entendiendo la industrialización como lucha de clases, defendió el desarrollo de la industria soviética y la independencia de la patria socialista.

Al igual que en el campo, la calidad de vida en la ciudad también ha mejorado significativamente. Los trabajadores comenzaron a tener acceso a la cultura y a producir su propio arte proletario. El pueblo empezó a tener acceso a la educación y la alfabetización. Con la campaña Likbez (erradicación del analfabetismo), las tasas de adultos alfabetizados pasaron del 32% en 1917 al 60,9% en 1926. En 1939, alrededor del 89,7% de los adultos del país sabían leer y escribir. La esperanza de vida en el país, a pesar de la Segunda Guerra Mundial, también creció exponencialmente. En 1924, cuando Stalin se hizo cargo del país, la esperanza de vida en la Unión Soviética era de 44 años. Cuando el jefe comunista murió en 1953, su legado fue una expectativa de vida de 62 años para el pueblo soviético. En las ciudades, elevar la calidad de vida también fue parte de las políticas del estado soviético. En 1946, durante un discurso de balance, Stalin declaró: “Se prestará especial atención a la expansión de la producción de bienes de consumo, a la elevación de la vida de los trabajadores a través de la continua disminución del precio de todas las mercancías, así como como a la construcción generalizada de todo tipo de institutos de investigación científica”.

Cartel soviético elogia la dirección de Stalin en la construcción de la URSS. Foto: reproducción


GORBACHOV, CONTINUADOR DE JRUSCHOV Y TRAIDOR AL PUEBLO SOVIÉTICO Y AL LEGADO DE LENIN Y STALIN

Gorbachov, al aplicar la Perestroika y el Glásnost, así como otras medidas que profundizaron la restauración capitalista en la URSS y liberalizaron el país, continuaron un legado iniciado en 1956 por Nikita Jruschov, quien inició el proceso de destrucción del socialismo construido bajo la dirección de Lenin y Stalin. Jruschov, el primer líder revisionista que asumió realmente el poder en la Unión Soviética, fue el responsable en el 20° Congreso del Partido Comunista de la URSS de pregonar su “informe secreto” para atacar, con mentiras, al gran líder comunista José Stalin, a la dictadura del proletariado y a la ideología marxista-leninista. Inspirado por el revisionismo moderno de Ernest Browder, Jruschov formuló sus podridas teorías de los "Dos Todos" (Estado de Todo el Pueblo y Partido de Todo el Pueblo) para iniciar la aplicación de medidas políticas, económicas y sociales capitalistas, y los "Tres Pacíficas" (Transición Pacífica, Convivencia Pacífica y Emulación Pacífica), buscando enterrar la lucha de clases del proletariado internacional, desviándolo a apoyar regímenes reaccionarios en sus propios países, afirmando que el socialismo se puede lograr por la vía parlamentaria y electoral.

Para asegurar el establecimiento de sus medidas, Jruschov llevó a cabo persecuciones y asesinatos contra cientos de verdaderos comunistas seguidores de Lenin y Stalin, como Georgui Malenkov, Lázar Kaganóvich y Viacheslav Mólotov. Malenkov fue destituido de sus cargos, expulsado del PCUS y exiliado internamente. Kaganóvich fue dirigido a trabajar como director de una mina de potasa en los Urales y luego fue expulsado del Partido y obligado a vivir como jubilado en Moscú. Mólotov fue, en 1957, enviado como embajador en Mongolia y, en 1962, fue expulsado del PCUS. Kaganóvich y Malenkov fueron readmitidos en el PCUS en la década de 1980, pero murieron en alta estima por defender el marxismo-leninismo y al gran Stalin.

Así, se inició el período de restauración capitalista en la URSS, primero con una tendencia al social-fascismo, bajo la dirección de una fracción corporativista de la burguesía, y luego -en el período de Gorbachov, con la liberalización de la sociedad-, con una tendencia a la democracia burguesa, con predominio de la fracción demoliberal de la burguesía rusa.

Aunque dicen que el comunismo está muerto, los reaccionarios de todo el mundo todavía gastan toneladas de pintura tratando de enterrarlo con mentiras. En el fondo saben que la crisis general de descomposición sin precedentes del imperialismo, junto con la lucha de los pueblos del mundo y las luchas dirigidas por los verdaderos comunistas, están abriendo una nueva era de revoluciones. Hoy más que nunca, para su sobrevivencia, es vital tratar de satanizar la Revolución y el Comunismo. Sin embargo, será ineficaz.

 

Tomado, traducido y adaptado al español de A Nova Democracia (Brasil)